En París los logros personales ya no existen para los atletas ucranianos: es la guerra

KIEV, Ucrania, 13 julio — Para la vallista ucraniana Anna Ryzhykova, cada zancada en la pista olímpica de París tendrá un significado mucho más importante que el tiempo que consiga.

Sus competiciones ya no son estrictamente una batalla individual, sino una guerra en un frente diferente. Su objetivo no es sólo el oro, sino también atraer la atención mundial a la lucha de su país por sobrevivir ante Rusia.

“Ya no lo haces por ti mismo. Ganar para ti y hacer realidad tus ambiciones es inapropiado”, señaló.

La guerra está haciendo que sea cada vez más difícil para Ucrania —otrora una potencia deportiva postsoviética— la obtención de medallas que acaparan titulares, según un análisis de The Associated Press.

La patinadora Oksana Baiul ganó el primer oro olímpico de Ucrania, en los Juegos de Invierno de 1994, solo tres años después de que Ucrania declaró su independencia. La estrella del salto con garrocha Sergei Bubka y los hermanos Klitschko en el boxeo estuvieron entre otros atletas que pusieron a la nueva nación en el mapa del deporte.

En los Juegos de Verano, Ucrania se había superado y en Londres 2012 terminó entre las 13 mejores naciones, clasificadas por el total de medallas obtenidas.

Las actuaciones ucranianas comenzaron a cosechar menos frutos después de 2014. La anexión de Crimea por parte de Rusia en aquel año abrió paso a ocho años de conflicto armado en el oriente de Ucrania.

Y en 2022, Rusia lanzó su invasión a escala completa, en busca de someter al país.

La cosecha de 11 medallas de Ucrania en los Juegos Olímpicos de Río 2016 fue su más modesta como nación independiente y cayó al 22do puesto en la clasificación por países. Ucrania se recuperó hasta el 16to sitio en Tokio 2021, retrasados por la pandemia, pero sólo una de sus 19 medallas fue de oro, otro mínimo histórico.

Parte de la explicación es que luchar cuesta vidas y recursos, además de la carga psicológica que la guerra impone a los atletas.

Los deportistas tratan de explicarse a sí mismos y a los demás por qué siguen compitiendo cuando los soldados siguen muriendo y vidas están siendo destrozadas. Algunos tienen una nueva motivación para luchar, a través del deporte, por la causa nacional más amplia.

Más de 500 instalaciones deportivas han sido destruidas desde que comenzó la guerra en febrero de 2022.

El saltador de altura Oleh Doroshchuk, de 23 años y uno de los prospectos más brillantes de Ucrania en el atletismo olímpico en París, ha aprendido a ignorar las sirenas para que no interrumpan su entrenamiento. Sin embargo, Doroschuk se cuestiona si es moralmente correcto que esté “solo entrenando” cuando otros hombres están defendiendo las líneas del frente.

“Creo que todo el mundo tiene este tipo de pensamientos”, dijo. “Muchas personas entre las que conozco están luchando, y algunas fueron asesinadas”.

Entre las decenas de miles de muertos y heridos de Ucrania se encuentran atletas, entrenadores y otras personas de organizaciones deportivas que juntas ayudaron a Ucrania a valerse como nación deportiva.

Algunos de los deportistas muertos podrían haber tenido una oportunidad de clasificarse a París.

En la capital francesa, los atletas ucranianos tendrán que soportar otra prueba: la posibilidad de cruzarse con competidores de Rusia y su aliada Bielorrusia que se sometieron a un procedimiento de investigación para competir como neutrales. Esos deportistas no deben haber apoyado públicamente la invasión ni estar afiliados a agencias militares o de seguridad del Estado.

El COI ha informado que decenas de atletas rusos y bielorrusos se clasificaron.

El Comité Olímpico Internacional prohibió a las dos naciones participar en deportes de equipo en París, pero no cedió a la exclusión total.

“Ni siquiera puedo imaginar verlos cara a cara con esta ira”, dijo Ryzhykova. “Será un reto porque no hay lugar para la derrota ni las lesiones. Es difícil de sobrellevar, pero hay motivación y responsabilidad”.

AP

Comentarios
Difundelo
Permitir Notificaciones OK No gracias