En voz alta la Biblia
Por Juan Taveras Hernández
Según la Constitución de la República, el Estado dominicano es laico, en pocas palabras, no es religioso. En la práctica, sin embargo, el Estado dominicano promueve, protege y hasta patrocina la religión católica, apostólica y romana que tiene su sede en el Vaticano, con el que mantiene incluso un obsoleto acuerdo llamado “Concordato”, inconstitucional aunque el Tribunal Constitucional diga lo contrario.
No me opongo a la lectura que promueve el ministerio de Educación. ¡Jamás! Al contrario, la lectura debe ser obligatoria en colegios, escuelas, centros culturales, clubes y universidades. Pero nadie puede ser obligado a leer un libro o una obra en particular. Cada persona es libre de asimilar o hacer suya la religión que mejor le parezca.
Como dijo alguien “hay más religiones en el mundo que niños felices”. Muchas se han convertido en negocios, muy lucrativos, por cierto, aliadas casi siempre al poder político.
Sigue siendo cierta la frase marxista de que la religión es el opio de los pueblos porque los adormece, los mantiene sumidos en la ignorancia y el atraso.
Imponer la lectura de la Biblia es inconstitucional en un Estado laico
La Biblia no es el mejor libro para enseñar o para aprender. Al contrario, es un libro lleno de falsedades, inexactitudes y mentiras históricas; una obra que niega el conocimiento y la ciencia como factor de avance y desarrollo.
Es mejor leer a al naturalista británico Charles Darwin que propuso la evolución natural de las especies, a Kars Mars, Juan Bosch, Jorge Luís Borges, F. Engels, Peter Watson, Pablo Neruda, Jean-Paul Sartre, Mario Benedetti, Octavio Paz, Andrés L. Mateo, Jochi Mármol, el Quijote, a Yuval Nosah Harari, historiador egipcio que ha publicado libros maravillosos en los últimos años. hay miles de libros interesantes propios de esta etapa exponencial del conocimiento. Los católicos y cristinos que lean le Biblia, los musulmanes que lean el Corán, los ateos que lean el Capital y el Manifiesto Comunista.
Si el ministro de Educación, mi buen amigo el doctor Roberto Fulcar quiere que los estudiantes lean y aprendan, que no lean la Biblia, que lean las obras que los pondrán de cara al futuro, que les enseñen ciencias naturales, historia, matemáticas, literatura, etc. La Biblia que la lean en las escuelas y en sus hogares.