Entre Sal y Agua: Los excesos de los podcats
Por la Redacción
Los excesos de los podcats
¿Qué tal, queridos lectores? Hoy nos sumergimos en el fantástico mundo de los podcasts dominicanos, esos rincones del ciberespacio donde el chisme, la polémica y la controversia son el pan de cada día. ¿Quién necesita contenido de calidad cuando puedes tener un desfile interminable de insultos y acusaciones?
En estos podcasts, la gente se reúne ansiosa por escuchar las últimas diatribas y ataques entre personalidades del medio, quienes, en un intento desesperado por obtener likes y seguidores, están dispuestos a lanzarse al fango del escándalo sin pensarlo dos veces. Y mientras más basura vuelan, más felices se sienten los espectadores. ¿Quién necesita cordura cuando tienes drama enlatado?
En estos días, la arena de los podcasts dominicanos ha alcanzado un nuevo nivel de locura. Las desconsideraciones y campañas negativas están a la orden del día, especialmente contra una presentadora que, según algunos, tiene algún tipo de conexión con un famoso «diyei». La competencia entre las «megastars» de este medio está llegando a niveles absurdos, con acciones tan cuestionables que hacen que uno se pregunte si están compitiendo por el título de «La más escandalosa del ciberespacio».
Recientemente, además, hemos sido testigos de una batalla campal entre dos modelos que decidieron resolver sus diferencias a puñetazos y patadas, como si estuvieran en un ring de lucha libre. ¿Quién necesita diálogo cuando puedes resolver todo a golpes?
Es una locura absoluta, pero nadie parece preocupado. Al contrario, mientras más desquiciados se ponen, más entretenidos se sienten los espectadores. ¡Qué maravilla de mundo!
Pero no nos equivoquemos, queridos lectores. Estos excesos no pueden seguir pasando desapercibidos. Es hora de detenernos y reflexionar sobre el tipo de contenido que consumimos y promovemos. Porque, sinceramente, ¿dónde está la calidad? ¿Dónde está la decencia? Muchos exclaman impotente: ¡Que falta hace Doña Zaida, cuanto necesitamos que retorne del más allá!
Así que la próxima vez que te encuentres escuchando un podcast lleno de chismes y peleas, detente un momento y piensa: ¿realmente quieres seguir alimentando esta locura? O quizás sea hora de buscar algo un poco más nutritivo para el alma.
Noboa evidencia su falta de dotes de estadista
La escena parece sacada de una mala película de acción, pero lamentablemente es la triste realidad que Ecuador está enfrentando bajo el gobierno de Daniel Noboa. El reciente episodio en el que se decidió irrumpir por la fuerza en la embajada de México en Quito para desalojar a un ex vicepresidente asilado político, arrastrándolo como si fuera un criminal por las calles, es un claro ejemplo de la falta de juicio y diplomacia que caracteriza a este joven presidente.
Jorge Glas, el ex vicepresidente buscaba refugio en la embajada mexicana debido a alegatos de corrupción en su contra, una situación lamentablemente común en América Latina cuando un gobierno deja el poder. Las persecuciones políticas se vuelven moneda corriente, y en este caso, Noboa no tuvo reparo en violar la soberanía de otro país para llevar a cabo su objetivo.
La decisión de su gobierno de irrumpir por la fuerza en la embajada de México en Quito es una afrenta al derecho internacional y una violación flagrante de la Convención de Viena. Más allá de las acusaciones de corrupción contra el ex vicepresidente Jorge Glas, el hecho de que haya buscado refugio en una embajada extranjera debería haber sido respetado por el gobierno de Nobao.
La decisión del gobierno de México de otorgar asilo a Glas fue tomada después de examinar su caso y determinar que existía un posible riesgo de persecución política. Es una decisión soberana que Ecuador debería respetar, pero la falta de tacto y el deseo de imponer su voluntad llevó a Noboa a cometer un acto vergonzoso y condenable a los ojos del mundo.
Si la comunidad internacional no responde con contundencia ante este atropello a la diplomacia y el respeto a las leyes internacionales, ninguna embajada estará a salvo en el futuro. La actuación imprudente de Noboa solo demuestra su falta de experiencia y madurez política, y es hora de que asuma las consecuencias de sus acciones.
A las tres la vencida
A las tres la vencida: así parece ser la estrategia del gobierno para desembolsar los fondos que, por ley, corresponden a los partidos políticos en plena campaña electoral. Pero, ¿qué nos llevó a este punto? ¿Por qué tanta demora en liberar estos recursos? La respuesta es un misterio que ni los propios actores políticos logran descifrar. Mientras la oposición señala malicia por parte del gobierno para debilitar a sus contrincantes en un momento crítico de la contienda, las interpretaciones son tan difusas como una neblina matutina en la sierra.
El gobierno, por su parte, se jacta de cumplir con una disposición legal relativamente reciente, promulgada en 2019, que estipula la entrega del 0.5% de las recaudaciones estatales a los partidos políticos. Sin embargo, llama la atención que esta sea la «primera vez» que se cumpla con la normativa, cuando el actual gobierno tomó las riendas en 2020. ¿Acaso la memoria es tan frágil como una burbuja de jabón?
Pero aquí no termina la historia. La ley de presupuesto también establece que el gobierno solo desembolsaría estos fondos cuando las circunstancias lo permitieran, lo que deja una puerta abierta a interpretaciones y excusas convenientes. Incluso Participación Ciudadana, ese árbitro siempre listo para soplar el silbato de la transparencia, se opuso a la entrega de estos recursos. ¿Qué más podemos esperar en este circo político donde cada actor parece tener su propia función?
La entrega de fondos a los partidos políticos se convirtió en un juego de espera, donde todos tienen una carta bajo la manga y nadie quiere mostrar su mano completa. Así es la política, un escenario donde la opacidad y las medias verdades son moneda corriente. Tal vez a las tres no llegó la vencida, pero ciertamente el desembolso de estos fondos ha sido un espectáculo digno de un drama teatral.