¿Espolearán las protestas estudiantiles a la derecha política?
Juan Temístocles Montás
La frase «la historia nunca se repite, pero muchas veces rima» se le atribuye a Mark Twain y sintetiza una verdad sobre la naturaleza cíclica de los acontecimientos humanos.
La primera parte (“la historia nunca se repite”) sugiere que cada período histórico es único, con sus propias circunstancias, actores y desafíos. Es posible que se puedan observar ciertas similitudes entre acontecimientos pasados y presentes; pero es improbable que ocurran exactamente de la misma manera. Cada momento tiene su propia complejidad y singularidad
La segunda parte (“pero muchas veces rima») indica que a pesar de las singularidades, se dan patrones recurrentes. Aunque en contextos diferentes, los seres humanos enfrentan dilemas y conflictos similares a lo largo del tiempo. Esto se aprecia en las luchas por el poder, en los conflictos entre naciones y en las luchas por la igualdad, que han sido temas persistentes en la historia humana.
Lo expresado viene a colación porque las recientes protestas estudiantiles que se han producido en diferentes universidades de Estados Unidos contra la política norteamericana a favor de Israel, señalado por la comisión de genocidio contra los palestinos, y que se han extendido a varios centros universitarios europeos, han llevado a varios analistas a comparar esas protestas con las que se produjeron en 1968 contra la guerra de Vietnam, e incluso con el Mayo francés de 1968.
En los Estados Unidos, 1968 fue testigo de protestas estudiantiles, motines raciales y hasta dos asesinatos que marcaron la historia del país: el de Martin Luther King y el de Bobby Kennedy. Ese año, la guerra de Vietnam había entrado en su punto más crítico. El número de jóvenes estadounidenses muertos había llegado a 15.997, más de la mitad de esos muertos se había producido en 1967. Había quedado claro que los Estados Unidos no podía ganar la guerra y que el presidente Lyndon B. Johnson le había mentido al pueblo sobre la verdadera situación del conflicto. La situación detonó protestas estudiantiles en las universidades contra la guerra, que alcanzaron punto álgido con las manifestaciones ocurridas durante la Convención Nacional Demócrata para elegir el candidato a la presidencia.
Producto de las protestas contra la guerra y el Movimiento de los Derechos Civiles, Johnson había decidido no presentarse a la reelección presidencial, lo que abrió las puertas para que Richard Nixon ganara las elecciones de 1968.
En el caso de Francia, se recuerda el mayo de 1968 porque durante ese mes los estudiantes franceses iniciaron un movimiento de protesta reclamando reivindicaciones menores y posteriormente el movimiento se convirtió en un rechazo a la sociedad de consumo, al capitalismo, al imperialismo y al autoritarismo. Bajo lemas como “¡la imaginación al poder!” y “¡tomemos el cielo por asalto!”, los jóvenes manifestantes lograron la integración de los obreros, los sindicatos y el Partido Comunista Francés, produciendo así la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de toda la historia de Francia.
El movimiento sorprendió al Gobierno del general Charles de Gaulle llegándose a temer que se estaba al borde de una insurrección revolucionaria contra el Estado.
Charles de Gaulle llamó a elecciones anticipadas para el 30 de junio. Con todo y el malestar generado por las protestas estudiantiles, la Unión por la Defensa de la República (UDR), el partido de de Gaulle, salió victorioso obteniendo una importante mayoría en Asamblea Nacional. Al año siguiente, sorpresivamente de Gaulle renunció después de perder un referéndum en el que propuso una mayor descentralización.
La lección que nos dejan esos hechos es que los movimientos de protestas no necesariamente conducen a salidas progresistas.
En noviembre de este año se celebrarán elecciones tanto en Estados Unidos como en los países de la Unión Europea. ¿Será que las actuales protestas estudiantiles contra el apoyo del gobierno de Biden a Israel en su guerra contra los palestinos contribuyan a la derrota de los demócratas y al crecimiento de la extrema derecha en Europa? Es lo que se proyecta.