Estados Unidos y Venezuela: escalada de tensiones y ofertas fallidas en medio de un clima incierto
Washiongton, 5 diciembre (Agencias) . – La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha alcanzado un nuevo nivel de gravedad en los últimos días, a raíz de revelaciones sobre supuestas negociaciones entre el gobierno de Nicolás Maduro y representantes del expresidente estadounidense Donald Trump, en un intento por pactar una salida pacífica del poder.
Según un reporte exclusivo de Reuters (1 de diciembre de 2025), Maduro habría planteado a través de intermediarios varias condiciones para abandonar el poder, entre las que se incluirían el otorgamiento de una amnistía, garantías de exilio seguro para él y su círculo más cercano, la liberación de activos congelados y una extensión de su mandato por al menos dos meses para organizar una transición ordenada.
Estas propuestas, no obstante, habrían sido rechazadas por el entorno de Trump, que insiste en una salida inmediata y sin condiciones del mandatario venezolano.
Frente a este estancamiento, la administración republicana ha adoptado una postura aún más firme. El 29 de noviembre, el presidente Trump publicó en sus redes sociales que el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela “debe considerarse cerrado en su totalidad”, en lo que muchos analistas han interpretado como una advertencia directa al régimen de Maduro.
El gobierno venezolano respondió con una condena categórica, calificando la declaración como una “amenaza imperialista” y denunciando una posible violación de su soberanía, según reportó Reuters.
En medio de este contexto, el Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió el pasado 1 de diciembre una advertencia de viaje de nivel 4 —la más alta en su escala— recomendando a todos los ciudadanos estadounidenses que se abstengan de viajar a Venezuela y que abandonen el país de forma inmediata.
La alerta se fundamenta en los crecientes riesgos de detención arbitraria, violencia generalizada, inseguridad jurídica y colapso de los servicios esenciales, según informaron medios de prensa,

Simultáneamente, fuentes vinculadas al Pentágono confirmaron a Reuters (22 de noviembre) que Estados Unidos se encuentra preparando una “nueva fase” de operaciones relacionadas con Venezuela, la cual podría incluir acciones encubiertas y no se descarta la posibilidad de una intervención terrestre, en el marco de una estrategia para desmantelar estructuras que Washington considera vinculadas al narcotráfico y el terrorismo internacional.
Mientras tanto, en Caracas, Nicolás Maduro reapareció en un acto público ante sus seguidores el pasado 1 de diciembre, en el que reiteró su decisión de no ceder ante presiones externas y defendió la legitimidad de su mandato.
Durante su intervención, recogida por El País, el mandatario aseguró que “jamás nos podrán sacar del camino de la revolución”, al tiempo que anunció una reestructuración del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y convocó a nuevas movilizaciones en defensa de la soberanía nacional.
A estas tensiones se suma un creciente aislamiento diplomático del régimen chavista y la incertidumbre sobre el futuro político inmediato del país. Aunque Trump no ha confirmado públicamente una intervención militar directa, tampoco la ha descartado, lo que abre un abanico de posibilidades que van desde un endurecimiento de las sanciones hasta una acción unilateral en territorio venezolano.
Distintos medios internacionales, como Al Jazeera y Le Monde, han advertido sobre los riesgos de una confrontación abierta, señalando que cualquier operación militar en Venezuela podría tener repercusiones regionales impredecibles y abrir una “caja de Pandora” en términos geopolíticos y humanitarios.
En este escenario, la crisis entre Estados Unidos y Venezuela evoluciona con rapidez y mantiene en vilo tanto a la comunidad internacional como a los ciudadanos venezolanos, atrapados en un contexto de incertidumbre política, presión externa y deterioro interno.
La falta de canales diplomáticos efectivos y la retórica beligerante de ambas partes alimentan el riesgo de una escalada aún mayor en el corto plazo.

