Eurasia-Pacífico y América Latina
Luis González
Eurasia-Pacífico (incluyo aquí a Rusia y Turquía de Eurasia, así como Australia y Nueva Zelanda de Oceanía) y América Latina, son las dos regiones del planeta de mayor crecimiento desde hace unos años y se perfila que seguirán creciendo en el futuro. Casi todos los países en ascenso, entre ellos los que conforman el G-5 o Grupo BRICS, a saber, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, así como más de la mitad de los miembros del G-20, están en estas regiones.
El crecimiento económico trae consigo mayor influencia e importancia geopolítica. Ahora, los países de estas regiones están más a la vista de todos, porque tienen más intereses, más consumo, más comercio internacional. Por eso, unos más que otros, tendrán que adquirir grandes recursos para mantener el crecimiento y el consumo, pero además tendrán que agenciarse más mercados para sus productos.
Esto supone obtener dichos recursos y mercados por la fuerza, la imposición, el saqueo o por medio a las negociaciones internacionales y la diplomacia. Si observamos bien las actividades de estas regiones en los últimos diez años, sobre todo de Asia del Este y de manera especial China, así como América Latina, nos damos cuenta de que, en efecto, han preferido la integración, cooperación, diplomacia y negociaciones en sus relaciones intrarregionales, interregionales y con los demás miembros de la comunidad internacional.
La diplomacia china está más activa que nunca, el presidente Xi Jinping ha realizado varias visitas oficiales o ha recibido a líderes, de casi todos sus vecinos de Asia-Pacífico y de los principales países de América Latina, ha propuesto la Iniciativa de la Franja y la Ruta para el mundo y con ello, para América Latina, igual el Foro China-CELAC.
Lo mismo podemos observar de la diplomacia de Turquía, India y Brasil, por sólo mencionar algunos casos. Pero además se han creado varias organizaciones internacionales y foros multilaterales, de alcance regional.
En Asia, una de las más importantes, aunque no abarca todo el continente, es la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA), mejor conocida como ASEAN, por sus siglas en inglés, que, aunque fue creada el 8 de agosto de 1967, ha ganado protagonismo en los últimos años. Está compuesta por 10 países, y tiene como objetivos fundamentales el crecimiento económico y el fomento de la paz y la estabilidad en la región. Otra importante en Asia, es la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que tiene un interés más geoestratégico. Fundada el 14 de junio de 2001, está compuesta por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Como único mecanismo de concertación multilateral permanente entre las dos regiones, está el Foro de Cooperación América Latina – Asia del Este (FOCALAE), compuesto por 36 países, 19 de América Latina y 17 de Asia del Este, incluyendo Australia y Nueva Zelanda. Surge en el 1999 con el objetivo de promover la interacción y conocimiento mutuos entre los miembros.
Desde 2010, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), lo que para muchos fue la realización del sueño de Simón Bolívar, de crear una verdadera unidad regional, compuesta por 33 países, tiene como principales objetivos la integración política, económica, social y cultural.
En este momento histórico, de guerras por todos los rincones del planeta, nos preguntamos, ¿servirán estas organizaciones de integración y cooperación para mantener la coexistencia pacífica entre pueblos del mundo que en su proceso de crecimiento procuran los mismos bienes y recursos escasos? Aspiramos que así sea, porque la alternativa es el caos. Adelante.
El Día