Factores estacionales e incertidumbre en tipo de cambio

Ramón Núñez Ramírez

La pasada semana, en un mensaje, el gobernador del Banco Central expresó: “las fluctuaciones recientes del tipo de cambio responden a factores estacionales de demanda y a la situación de incertidumbre global”, mientras, en LA Semanal, el presidente Luis Abinader declaró que en 2024 fue “donde el peso se mantuvo más apreciado de los últimos 20 años, teniendo la menor devaluación en comparación con otros donde fue significativamente mayor”.

Vamos por parte. Primero, lo de la demanda estacional es un argumento manido utilizado para justificar los periodos de volatilidad del tipo de cambio, pues en etapas de normalidad nunca ocurre la supuesta estacionalidad por reposición de inventarios.

Le compro al gobernador lo de la incertidumbre global, pero esa variable se genera a partir del 20 de enero, con la juramentación de Donald Trump, sus amenazas de imponer aranceles, posponerlos, aplicar algunos como al aluminio y el hierro y esas medidas han contribuido a la pérdida de confianza, caídas bursátiles multimillonarias, aumentos de precios y pronósticos de caída del producto y hasta de estanflación.

En cuanto a las declaraciones del presidente, parece fue sorprendido por la pregunta, porque a lo largo de los últimos veinte años el tipo de cambio ha manifestado un comportamiento estable, salvo breves periodos de fluctuaciones.

Por ejemplo, entre diciembre 2004 y 2012 la depreciación promedio anual fue de 3.76%, entre 2012 y 2019 de 4.44%, en 2020, por efecto del COVID-19, la depreciación fue de 10.12%, en 2021 y 2022 hubo apreciación del peso de 1.34% y 1.96%, respectivamente, y en 2023 la depreciación del tipo de cambio fue de 3.26%

Desde septiembre de 2024, sin la incertidumbre global, inició el aumento atípico del tipo de cambio y en ese año la devaluación fue de 5.3% (de 58.25 a 61,32), aún más, entre diciembre 2024 y el 18 de marzo 2025 la devaluación ascendió a 3.1% (de 61.32 a 63.20)

El marco macroeconómico (agosto 2024) para el presupuesto de este año 2025 contempló una tasa de cambio promedio de 63.11 y una devaluación de 5.5%; antes del primer trimestre se superó la tasa promedio y la devaluación es 56% del proyectado.

El gobernador en su mensaje informó que dispone de US$14,900 millones para enfrentar las “fluctuaciones”, resulta que en 2024 el BC inyectó dólares al mercado cambiario por un monto de US$2.826 millones, mientras, entre enero y febrero, por un monto de US$495 millones y aún así no se detiene la devaluación.

Obviamente hay incertidumbre en los agentes económicos por la fallida reforma fiscal, el elevado componente de los ingresos dedicados al pago de intereses, casi 25%, el bajo nivel de inversión pública, recaudaciones inferiores a lo estimado y en la ruta de un déficit fiscal superior al 3.1% del PIB.

También hay incertidumbre monetaria, pues la reducción de la Tasa de Política Monetaria de 8.5% en mayo 2023 a 5.75% en enero de 2025 más sucesivas inyecciones de liquidez no han reducido la Tasa Activa Promedio Ponderada de 15.0% y las inyecciones de dólares al mercado cambiario no han detenido la fluctuación del dólar.

Incertidumbre y acumulación de dólares por motivo precautorio, más resistencia a la baja de las tasas de interés, sumado a las expectativas negativas globales, auguran un panorama macroeconómico muy complejo para la RD este año.

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