FELICIDAD en tiempos de crisis…EL MUSCULO DE LA RESILIENCIA.
Por Sofía Ortíz
Las flores me encantan. Una flor que me ha maravillado siempre es la flor de loto. Es una flor sagrada en muchas culturas, representa el triunfo del espíritu sobre los sentidos, la sabiduría y conocimiento, el amor, …pero el tema que me intriga aquí es, que ella, puede crecer y desarrollarse en ambientes extremos, no necesariamente positivos, de lodo, contaminación, sucio… y la dichosa flor, que además de ser hermosísima, extrañamente nunca ensucia sus pétalos. Se me facilita visualizarla como imagen cuando reflexiono sobre resiliencia, crecimiento, evolución, crisis y felicidad. Esto tiene un simbolismo muy fuerte para los seres humanos. Pasamos por etapas, circunstancias, situaciones y cambios en nuestras vidas, algunas que nos marcan dejándonos marchitados. Aprendemos pues a asumir la vida como la flor de loto, aprendiendo a crecer, incluso en las etapas negativas, sin ensuciar nuestros pétalos.
¿Pero cómo que Psicología Positiva?… Hablando de FELICIDAD como tema central de una columna, en tiempos “de crisis”. Parecería una UTOPIA, pensar en alcanzar la felicidad total, una idea poco realista, pura fantasía, dadas las circunstancias actuales: el COVID atacando al mundo sin compasión, como un monstruo invisible, la gente enferma, física y mentalmente, muchas reaccionando violentamente por cualquier tontería, desmotivada, preocupada, cansada de problemas, etc., etc., etc. ¿Estamos viviendo tiempos de crisis? Llegamos al punto de atrevernos a pensar que todo está distorsionado, que hasta sobrevivir un día a la vez es difícil. Las quejas son parte de la cotidianidad, y el diario vivir tiene como parte de la agenda sentirnos fastidiados … ¡Hastiados!
A ver, pensemos en retrospectiva y así entender hacia dónde vamos con este análisis. Desde que el mundo es mundo existen las crisis. Epidemias, guerras, sufrimiento, injusticias, hambrunas, desempleo, crisis políticas…
La RESILIENCIA como concepto es bastante profundo, la definición más simple para poner en práctica es: La capacidad que tenemos todos los seres humanos, unos más que otros, de enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido y/o transformado por experiencias de adversidad. En latín resiliencia significa REBOTAR. Algo así como impulsarse para seguir hacia adelante. Es muy diferente a la supervivencia, porque es afrontar las adversidades, saliendo de ellas airosos y con una transformación positiva. Se puede sobrevivir una situación negativa, una crisis, una enfermedad, un accidente, un mal momento, un duelo, perdida del trabajo, etc., y quedarse golpeados en la vida interior, con las energías estancadas, sin salir de ahí, es sobrevivir sin transformarse. No hubo evolución o aprendizaje.
El mecanismo de resiliencia, que provee la naturaleza misma, nos permite recuperarnos física, fisiológica, emocional y psicológicamente. La esencia está en el fortalecimiento y la transformación. Es uno de los grandes secretos para la felicidad. Se ha comprobado que las personas felices son altamente resilientes.
El malestar va a existir siempre. El dolor es parte de la vida. Las religiones y practicas espirituales explican el sufrimiento como algo profundo y honroso, llevando a creyentes y no creyentes a una búsqueda del sentido a la vida, conexión y trascendencia, y a un acercamiento a Dios.
Si se supera un sufrimiento con la actitud de ¿“para que me sirvió esta experiencia” ?, pues ese dolor sirvió para algo, una vivencia de evolucionar hacia más pureza y felicidad. Un aprendizaje para rebotar hacia la próxima etapa de la vida. Es un proceso emocional muy distinto al dañino sentimiento de estancarse en rol de víctima, ¿“por qué a mí”?
Viktor Frankl, uno de los exponentes más fascinantes de estas ideas, con sus propias vivencias nos dejó enseñanzas sobre la resiliencia y como nos provee de propósitos para fortalecernos, y transitar mejor a través de la adversidad. Cuando no podemos cambiar las circunstancias que nos rodean, tenemos la necesidad de TRANSFORMARNOS.
Todos podemos volvernos más resilientes. superando situaciones, que no necesariamente han de ser malas, puede ser que pasemos algo para salir transformados hacia algo mejor. Afrontando la vida como un constante crecer, la actitud “yo quiero y voy a ser una persona feliz”, va convirtiéndose en un hábito que se filtra en las pequeñas cosas, y eventualmente en un estilo de vida. Esto requiere de una decisión personal. ¡Hacer su propio trabajo interior es algo muy individual, y ha de asumirse como…una prioridad!
Una herramienta que me gusta recomendar para ayudar a fortalecer la resiliencia es la creada por Edith Grotberg. Este ejercicio puedes realizarlo como una autoevaluación. Recomiendo propiciar un ambiente tranquilo, hacer ejercicio de respiración relajados entrar en la reflexión personal:
- YO SOY (Mis cualidades, valores, fortalezas internas)
- YO PUEDO (Mis capacidades, habilidades, cualidades interpersonales)
- YO ESTOY (En qué capacidad estoy yo en este momento, motivación)
- YO TENGO (Qué tengo, con qué cuento para desarrollar mi vida, apoyo externo).
Ejercitemos el MUSCULO de la RESILIENCIA: las capacidades relacionadas a la felicidad vienen del cerebro, aunque popularmente las asociemos con el corazón. Así como ejercitamos los músculos físicos del cuerpo y el cerebro, hay que robustecer la resiliencia, para que pueda servirnos en nuestra búsqueda de felicidad:
Actitud de Gratitud Elevar Autoestima
Perseverancia Cambiar/Mejorar
Disciplina Personal Salir de Zona de lo conocido
Inteligencia Emocional Confiar en sí mismo y los demás
Tener un Humor Propósito de vida y metas Empatía
Sentido del Humor Autocompasión
Optimismo Auto conocerse
Resulta ser que en las épocas de crisis hay grandes oportunidades, tanto de índole personal, profesional como espiritual. Surgen sutilmente, pasando desapercibidas para la mayoría por el simple hecho de que estamos ofuscados con las quejas, enfocando solo hacia los problemas.
La queja se va a utilizar siempre como una muletilla, esto es una realidad. Generalmente las quejas son excusas que nos creamos para continuar en la zona de confort, algo que a la larga resulta inútil y extenuante, pues enfocarnos en quejarnos es uno de los vampiros energéticos más letales que existen e ingrediente principal para la infelicidad.
Dedicaremos un espacio completo al análisis profundo de la “Toxicidad de las quejas”, y herramientas más saludables para el necesario desahogo.
Si por solo un rato, de cuando en vez, sacáramos tiempo especialmente para sentarnos a pensar y reflexionar… Suena extraño eso de sentarnos a pensar. Pues, vaya usted a ver…si, y encontraremos ideas creativas para cada tipo de situación, que están ahí dormidas dentro de nosotros, esperando ser escuchadas. Lo primero para ser feliz es entender cuál es mi propósito en la vida. Para qué yo estoy aquí. Para qué vine. Para donde voy. Que me mueve a levantarme. Que me apasiona. Que me motiva. ¿Y, por qué? Cada cual tiene que hacer su ejercicio interno para definir dicho propósito y encontrar los porqués de sus curiosidades más íntimas.
El “Propósito de la Vida” es un tema fascinante que vamos a disfrutar profundizando juntos.
¡Bendiciones! A ser felices…
Sofia Elizabeth Ortiz Mendoza
Psicóloga y Coach.
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