Fortalecer los partidos y la democracia

Margarita Cedeño

La sociedad dominicana debe aplaudir todos los procesos partidarios que respetan la voluntad democrática. Aunque podamos diferir en el resultado, cualquier proceso donde dos o más personas se presenten a un mismo cargo, y en el que una mayoría elige de forma legítima a uno de ellos como opción ganadora, es un aliciente para la cultura democrática del país, sobre todo en tiempos en que observamos distintos instrumentos de investigación que advierten sobre los riesgos que enfrenta nuestra vocación democrática.

Un ejemplo es lo sucedido en el Partido de la Liberación Dominicana en el marco del proceso electoral del X Congreso Ordinario dedicado a Reinaldo Pared Pérez, en el cual la organización reafirmó su lugar en la historia como un partido único en América, que es capaz de someterse a la autocrítica y a la evaluación constante, comprometido con el fortalecimiento de sus principios y valores y dispuesto a trabajar por una democracia más perfecta para la República Dominicana.

En estos tiempos se escuchan algunas pocas voces, aunque muy ruidosas, que aspiran a la eliminación de los partidos políticos, sin advertir que si elimináramos los partidos, la representación política en el pais se enfrentaría a una crisis profunda, como ha sucedido en otras latitudes. Basta con analizar el caso de Perú o de Ecuador, que se mantienen en estado de crisis constante, ante la falta del contrapeso entre el poder del Estado y los intereses sociales.

Al eliminar esta estructura, es probable que surjan movimientos o candidatos individuales que, aunque populares en el corto plazo, no siempre representan intereses colectivos ni ofrecen un proyecto de nación cohesionado. Es decir, caeríamos en la trampa del populismo que tanto daño está haciendo en la actualidad.

Para nadie es un secreto que todas las organizaciones políticas deben acometer importantes cambios en sus estructuras para ajustarse a las expectativas de la población. Sin embargo, los partidos ofrecen una vía organizada para la participación ciudadana y eso hay que preservarlo.

En América Latina, los partidos han facilitado el involucramiento de la sociedad en la política, desde el voto hasta la militancia y han permitido la expresión de distintas ideologías. Conspirar para eliminar estas estructuras es generar una mayor desvinculación de la ciudadanía con el ejercicio público, generando un mayor escepticismo hacia las instituciones.

Para los partidos políticos se presenta la oportunidad de mejorar los procesos internos, asegurar la transparencia y abrirse a una mayor participación, de manera que pueda adaptarse a los desafíos del siglo XXI, incluyendo la digitalización, la transparencia y el acceso de más jóvenes y mujeres. En el PLD hemos asumido ese reto.

Fortalecer a los partidos políticos implica también una apuesta por la formación política, por fomentar el debate de ideas y por garantizar que los ciudadanos encuentren en estas organizaciones un espacio de participación efectiva. En un sistema donde los partidos se comprometan con la ética y la transparencia, las democracias pueden seguir avanzando, ofreciendo soluciones y generando confianza entre los ciudadanos y sus representantes.

El ejercicio democrático en el PLD es una muestra importante que debe ser replicada y aplaudida por todo el sistema político del país, porque la buena salud de las organizaciones políticas se refleja en una mejoría de la democracia.

Listín Diario

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