Fue la misericordia de Dios”: testimonio del trompetista de Rubby Pérez, sobreviviente del derrumbe en Jet Set
Santo Domingo, 11 de abril. – De pie frente al ataúd de quien fuera su jefe y amigo durante más de una década, Raúl Castro, trompetista de la orquesta de Rubby Pérez, compartió un testimonio sobrecogedor: la noche del derrumbe en la discoteca Jet Set, estuvo a punto de morir. Una viga cayó directamente sobre él, pero –según afirma– la misericordia divina detuvo la tragedia justo antes de alcanzar su rostro.
“Gracias a Dios, a su misericordia, una viga que cayó sobre mí, su grandeza la pudo frenar justo en mi cabeza. A pesar de su peso y la velocidad con que se desplomó, solo me provocó una pequeña herida”, relató Castro, conmovido, mientras era asistido por su hijo durante el velorio de Rubby Pérez en el Teatro Nacional.
El músico sobrevivió a lo que describe como “el momento más angustioso y el peor de su vida”, cuando el techo del popular centro nocturno se vino abajo, dejando un saldo de más de 220 muertos y casi 200 heridos. Raúl Castro, con 12 años en la orquesta de Rubby, fue testigo directo del caos que reinó aquella madrugada.
“Sentí un viento fuerte, como una ráfaga con arena, que venía hacia nosotros, justo mientras tocábamos”, narró. En medio de la interpretación, Rubby Pérez cantaba, sin detenerse, mientras la estructura cedía. “Nunca lo escuchamos quejarse ni gritar. Todo se fue a negro de repente”, aseguró, insinuando que el artista murió al instante.
Tras el siniestro, Castro fue trasladado a un hospital, su ropa manchada de sangre, el cuerpo cubierto de polvo y escombros. Aún conmovido por lo ocurrido, dijo que esta experiencia ha sido una lección de vida, una llamada a la reflexión.
“Esto nos debe llevar a estar más atentos, a plegarnos a Dios y no descuidarnos… porque uno nunca sabe cuándo será el último momento”, concluyó, con voz temblorosa, mientras despedía al artista que fue su compañero de escenario y quien, como tantos otros, no sobrevivió al colapso del Jet Set.