Ganar mayoría Senado, reto de la oposición
Por Charlie Núñez
A pesar de que hubo elecciones en tres períodos consecutivos entre 1966 y 1978, la mente de una buena parte de los dominicanos, sitúa esos 12 años, más hacia el lado de los turbulentos años posteriores a la dictadura y a la misma dictadura.
En ese proceso de 1978, claramente ganado por el Partido Revolucionario Dominicano, ningún ciudadano que haya vivido esos acontecimientos puede olvidar los escarceos del doctor Balaguer, logrando sus objetivos, para quedarse con el control del Senado.
En 1994, se escogieron los senadores y alcaldes en un proceso traumático en el que como salida a la crisis, el periodo presidencial de cuatro años fue recortado a dos, más no así a los congresistas.
Al celebrarse las elecciones del 1996, sin la participación de Balaguer, Leonel Fernández gana las elecciones en la boleta del Partido de la Liberación Dominicana y apoyado por el Partido Reformista Social Cristiano.
Electo el nuevo presidente, le toca gobernar con un congreso adverso, situación que en 1998 trató de corregir, los menos jóvenes recordamos aquella campaña de “Un congreso para El Progreso”.
Ningún presidente de la República quiere ni le conviene gobernar con un congreso en contra, sobretodo de la cámara alta, es decir, los senadores.
De la oposición lograr el objetivo, el próximo presidente lo será Abel Martínez o Leonel Fernández, de no hacer un acuerdo para la senaduría, no hay que ser un genio para saber que el gobierno se quedará con la mayoría de estos escaños, lo que haría la vida imposible a uno o a otro.
Asumamos que sucede lo peor, que con la ausencia de escrúpulos mostrado al momento, la utilización de recursos del Estado más la presión autoimpuesta por sectores económicos que utilizando al “ministerio público independiente”, logren quedarse el país, su gente y el sector empresarial esté o no con ellos, necesitan de un equilibrio en el Senado.
De lo contrario, quizás poniéndonos cadenas, montándonos en barcos y entregándonos como esclavos a todos, amortizaríamos parte de la deuda que nos dejarán estos irresponsables si les diéramos 4 años más de control del Senado y presidencia de la República.
Peledeístas y pueblistas, no podemos seguir poniendo en peligro el futuro de la República Dominicana por complacer pequeños egos que se esconden detrás de otras cosas, cualquier apreciación particular o línea de leyes copiadas de otros lados debe quedar a un lado y proceder a crecernos frente al país.
Concluyamos ya el gran acuerdo nacional y vamos para las calles a fin de salvar nuestro país.