Grieta amenaza con incomunicar a comunidades en Altamira, Puerto Plata

Puerto Plata, 31 de diciembre. Una gran grieta que se extiende por un tramo de la carretera de La Catalina amenaza con dividir en dos esta vía, que conecta el distrito municipal de Río Grande con el municipio de Altamira en Puerto Plata.

Este deterioro, agravado por las intensas lluvias recientes que han afectado a la región Norte del país, pone en riesgo la comunicación de varias comunidades con el resto de la provincia.

La carretera, inaugurada en septiembre de 2022 tras una inversión de RD$377 millones, fue construida bajo la supervisión del Ministerio de Obras Públicas. Sin embargo, los eventos climáticos han puesto en evidencia fallas en su infraestructura, que los residentes atribuyen a la falta de estudios geológicos previos.

El pasado jueves, las orillas de la vía comenzaron a agrietarse y las aceras a mostrar fisuras. Para el sábado, la situación se agravó: un carril presentó una apertura significativa y el otro se desplazó, lo que dificultó el tránsito en la zona. Según los habitantes, el problema se debe a un fenómeno natural, posiblemente un río subterráneo o noria en las profundidades de la montaña, que ha debilitado el terreno desde antes de la pavimentación.

Uno de los residentes expresó su preocupación: “Aparentemente, no se hizo un estudio de suelo, porque ese problema es profundo. De aquí a nada, el que está de aquel lado se queda de aquel lado, y el que está de este lado, se queda de este lado”. Agregó que, si no se interviene con prontitud, la carretera podría abrirse por completo, dejando incomunicados a los habitantes.

Esta situación podría afectar directamente a las 4,111 personas que residen en Río Grande, según el último Censo Nacional de Población y Vivienda de 2022, dificultando su acceso al municipio de Altamira y, por ende, a la provincia de Puerto Plata.

Aislamiento de comunidades y dificultades en el tránsito

Mientras un equipo de periodistas inspeccionaba la zona, un autobús de transporte público tuvo que detenerse debido a la fisura en el asfalto. Los pasajeros fueron obligados a descender y cruzar el tramo a pie para continuar su viaje en otro vehículo al otro lado. Este procedimiento tuvo que repetirse en otro punto, ya que existe una segunda apertura en la carretera.

El problema no se limita a La Catalina. En el distrito municipal de Río Grande, al menos cinco comunidades están incomunicadas por daños causados por las lluvias, que incluyen la crecida del río y derrumbes de tierra.

En Río Grande Abajo, el río ha aislado completamente a los residentes, impidiendo su conexión con la carretera principal. La situación es similar en el sector Pescado Bobo, donde los deslizamientos de tierra han bloqueado el acceso.

En Bajaboniquito, cerca de la loma Isabel de Torres, el tránsito vehicular es imposible; el único medio para llegar a la zona es a través de mulos. En Los Mangos, la corriente del río ha hecho que incluso las maquinarias pesadas, como retroexcavadoras, no puedan operar debido a la profundidad del terreno. Adicionalmente, en El Almacén, otra localidad de Río Grande, dos muros de gaviones se deslizaron, afectando la comunicación con La Manacla en Santiago de los Caballeros, que conecta por la parte trasera del municipio de Altamira.

Un proyecto millonario bajo cuestionamiento

La carretera Altamira-Río Grande, que comprende 20 kilómetros de longitud, fue inaugurada el 8 de septiembre de 2022 por el presidente Luis Abinader, como parte de una inversión de RD$520 millones destinada a mejorar la infraestructura de la provincia de Puerto Plata.

Además de esta carretera, la inversión incluyó la construcción del puente Las Cañas, en el municipio de Imbert, y la repotenciación de la subestación eléctrica de San Marcos.

Durante el acto inaugural, el ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención, destacó que los trabajos en la carretera incluyeron la colocación de base y sub-base, pavimentación con un ancho de 7.20 metros, dos carriles de 3.5 metros cada uno, aceras, contenes, muros de gaviones y sistemas de drenaje. También se anunció la disposición de RD$170 millones adicionales para la construcción de aceras, contenes y un puente peatonal y para motoristas en Altamira.

Sin embargo, los daños actuales han generado cuestionamientos sobre la calidad de los trabajos realizados. Los residentes consideran que no se tomaron en cuenta las condiciones del terreno antes de iniciar la construcción. “Esta carretera siempre ha tenido deslizamientos. Esto no es nuevo, pero el problema es que ahora es peor porque el asfalto no aguanta la presión”, explicó otro habitante de la zona.

La situación de las comunidades afectadas es crítica, ya que su conexión con Puerto Plata y otras áreas depende exclusivamente de estas vías. La falta de accesibilidad no solo dificulta el transporte de personas, sino también el suministro de bienes esenciales, como alimentos y medicinas.

Los residentes hacen un llamado urgente a las autoridades para que intervengan antes de que el daño sea irreversible. Insisten en que, más allá de reparaciones superficiales, se deben realizar estudios geológicos profundos para garantizar la estabilidad de la carretera y prevenir futuros incidentes.

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