Guillermo Serrano aboga por la cultura como defensa de los populismos

Paloma María Palomo

Mérida, 9 jul .- Para el actor Guillermo Serrano, que esta semana encarna al macedonio Alejandro Magno en el Festival de Teatro de Mérida, la cultura es «el agua» que, hoy más que nunca, la sociedad debería beber, pues, a su juicio, «vertebra nuestro pensamiento» y nos «defiende» tanto de populismos como de respuestas sencillas y soluciones fáciles a los problemas complejos.

Al menos, tanto para él como para su hermano, Bruno Serrano, así ha sido gracias a sus padres, «unos devoradores incansables de libros, cine y teatro». De hecho, su padre, Francisco Muñoz Ramírez, «fue -amor de hijo- el mejor consejero de Cultura que ha tenido Extremadura».

Ese agua que representa la cultura debería regar también los campos de la despoblación rural para evitar este fenómeno «tremendamente devastador» y lo traslada a su experiencia, tal como ha desgranado en una entrevista concedida a EFE.

Cultura

«Que el arte llegase a los pueblos -camiones cargados de iniciativas culturales viajaron de un lado a otro de la geografía extremeña impulsados por la Consejería (1995-2007) que dirigía su padre- es lo más emocionante que yo he podido ver y asistir», ha afirmado emocionado.

Tristemente, «ahora mismo eso no puede suceder porque no hay público, no hay gente viviendo en esos pueblos… se me parte el alma», ha incidido.

Es más, reconoce que curiosamente descubrió el talento extremeño cuando se formó como actor en Madrid. «Que el capital artístico de Extremadura no tenga ahora mismo oxígeno para respirar, no tenga plazas a las que acudir a pesar de tener apoyo institucional, es una tragedia», ha lamentado.

Lejos de rendirse, Guillermo Serrano mantiene y defiende la importancia que tiene fomentar la cultura desde las escuelas, pues sólo así se puede conseguir que «la gente tenga pasión por esto y conozca algo tan maravilloso como es una obra artística, sea en el formato que sea».

Natural de Madrid, pero extremeño de corazón, define las artes como tabla de salvamento, acicate para descubrirse, «desenredarme cuando me enredo y calentarme cuando siento frío».

Alejandro Magno

Con intensidad, Serrano dará voz a la parte más vulnerable de Alejandro Magno, «su figura privada, su manera de amar, de relacionarse, su manera de comportarse en la intimidad, que es donde la esencia del ser humano cobra vida».

«Vamos a ver una historia como si fuese un diamante con muchísimas caras y todas brillando de la misma manera. Vamos a descubrir y derribar mitos de la figura pública de Alejandro Magno», ha asegurado el actor.

Para él, el amor es «un acto que tiene que ser egoísta para poder ser generoso y altruista», algo que le emocionó al dar lectura al texto de Miguel Murillo, en el que vio «las ventajas que puede traer hacer el bien por puro egoísmo y amar».

«Elegir a una persona para crear una vida, perpetuarte hasta el infinito y, en mi caso, dejar una conquista -acaba de ser padre- como hizo Alejandro Magno, me emociona. Establezco muchas rimas personales con esta historia, la cual me ha enseñado mucho», ha recalcado.

Es, a fin de cuentas, un «autohomenaje y una manera de hacer autoterapia» en el marco de una relación personal entre él, como actor y padre, y el personaje de Alejandro.

Lo define como «arrimar el ascua del personaje o de la obra que estás interpretando a tu propia sardina», ya que no entiende otra manera de afrontar los textos.

El teatro «va a sobrevivirnos a todos; es el único medio que nunca va a decaer, pero sí es cierto que el tejido industrial es complicado. Es complicado hacerse un lugar y que los productores se animen a invertir», ha apuntado. EFE

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