Hacia una política monetaria neutral

Ramón Núñez Ramírez

Con una inflación dentro del rango meta (3.0%-5.0%) de 3.32% a enero 2024, un crecimiento anualizado en enero del Índice Mensual de Actividad Económica de 4.6%, y una política fiscal expansiva, propia de las campañas electorales, están dadas las condiciones para una política monetaria neutral, porque además hay factores externos e internos que impiden una flexibilidad monetaria.

Una política monetaria neutral o más bien una Tasa de Política Monetaria Neutral se define como la tasa de interés real de corto plazo que es consistente con el producto cerca de su potencial y la inflación dentro de su objetivo. Esos son los pronósticos para este año.

El BC ha venido cambiando su postura monetaria pasando de la flexibilidad a la restricción y luego a la flexibilidad, por ejemplo en 2019, año normal con un crecimiento de 5.3% a mayo, inexplicablemente se liberaron RD$34 mil millones del encaje legal y se redujo la TPM de 5.5% a 4.5%, cuando llegó el cierre provocado por la pandemia, se inyectaron RD$215 mil millones al sector financiero y se redujo la TPM de 4.5% a 3.0%.

La recuperación económica global con el aumento de los fletes, la interrupción de la cadena de suministros y la invasión Rusa a Ucrania provocaron una inflación por el lado de la oferta; pero en RD había una inflación monetaria; por eso mientras a mayo 2022 fue de 9.47% y la subyacente o monetaria (inflación que se calcula excluyendo los combustibles, alimentos u otros precios volátiles) era de 7.29%. Si bien se evitaron problemas en el sector financiero, fue excesivo el monto de liquidez inyectada.

Luego llegó el inevitable ajuste y la TPM se elevó de 3.0% a 8.5% y aunque desde abril 2023 hasta diciembre se inyectaron RD$159 mil millones y se redujo la TPM en 150 puntos, la economía cerró 2023 con la menor tasa de crecimiento en 35 años, de 2.4%, con excepción de años de crisis como 2020, 2009 y 2003.

En las últimas semanas se aprecia un alza de la tasa activa promedio ponderada de la banca múltiple, con un aumento de 158 puntos básicos entre diciembre y febrero 2024, pero es imposible disminuir la TPM de 7.0%, para estimular la reducción, porque la tasa de la FED de los EEUU se encuentra en la horquilla 5.25-5.5% y la reducción parece será a partir de junio. Disminuir el margen, de por si estrecho, entre ambas tasas podría provocar mayores presiones cambiarias.

Del lado de la liquidez el BC sigue reduciendo la Base Monetaria Restringida y eliminado los “reenganches” de los Fondos de Liquidez Rápida, consciente de las situación cambiaría, pues mientras la depreciación anualizada a diciembre fue de 3.4%, sin embargo, entre octubre 2023 y enero 2024 fue de 3.6%,

La depreciación se ha detenido gracias a que el BC ha inyectado al mercado cambiario más de US$630 millones entre enero y febrero y el Ministerio de Hacienda, después de varios meses sin licitaciones, colocó RD$30 mil millones y eso obligó a los adquirientes de títulos a vender dólares para disponer de los pesos.

Lo racional es que el BC tienda a una política monetaria neutral, porque el cambio de postura ha provocado inflacion y ralentización económica y además, como decía Ben Bernanke (expresidente de la FED) : “La Política Monetaria es neutral, o casi, a largo plazo, lo que significa que tiene efectos limitados a largo plazo sobre los resultados reales.

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