Hasta siempre, querida Socorro

Por Euri Cabral

            El pasado miércoles 11 de junio, en horas de la noche, falleció Socorro Castellanos, una extraordinaria mujer que se convirtió en referente de calidad y profesionalidad en la producción y conducción de la televisión dominicana.

Socorro fue una de las pioneras en producir televisión con criterio de modernidad y ajustada a las nueva exigencias de los tiempos, cuando todavía la televisión dominicana daba los primeros pasos de consolidarse como uno de los medios de mayor influencia y penetración en la sociedad dominicana. Su programa “Buenas tardes, a la orden”, transmitido todos los días por Radio Televisión Dominicana en la década de los años 70, marcó un camino especial de la producción televisiva, pues Socorro fue una de las precursoras en incluir la cotidiana de la gente, sus comidas, sus diversiones, su cultura y sus expectativas, en parte de las ofertas de un programa televisivo.

De igual manera, Socorro implementó la investigación en los temas de salud y de familia, la musicalización de poemas y escritos de figuras descollantes de la literatura. Sus programas siempre fueron un vía para que muchos talentos de la televisión se formaran y caminaran por la ruta del éxito. Durante su amplia trayectoria en la televisión, sus ideas y su creatividad como productora y excelente conductora se destacaron en programas como El Show del Mediodía, El Gordo de la Semana y Punto Final, en los cuales, junto con Freddy Beras Goíco y Yaqui Núñez del Risco, conformaron una especie de “trío creativo” fuera de serie, en la producción televisiva de la nación dominicana.

En la década de los 90, decidió tomar su propio rumbo y produjo el programa “Entrega Especial”, que ha sido una de las ofertas televisivas de mayor capacidad innovadora y con el mayor grado de calidad y profesionalidad. De manera particular, fui testigo de esa etapa super creativa de Socorro, porque mi esposa Zinayda fue parte de la producción de ese espacio, y ambos vivimos junto a ella muchos momentos importantes de amistad y de búsqueda de contenidos innovadores para el programa. Fue también una etapa donde conocimos y aprendimos mucho de su calidad humana, su sentido de solidaridad y su vocación de servicio. Luego, Socorro fue a la radio, donde también mostró una amplia capacidad de innovación con su programa “Con los cinco sentidos”.

Socorro Castellanos fue una mujer íntegra, solidaria sin límites, entregada por los demás, maestra y guía de quienes trabajaban con ella, una madre ejemplar y una abuela muy especial. Socorro es una de las grandes damas de la televisión dominicana de todos los tiempos. Una productora con capacidad y calidad sin límites. Con su partida, los medios dominicanos pierden a una mujer de enorme capacidad para hacer televisión, radio y comunicación en general, con calidad, con respeto, con decencia, con diversidad, con creatividad, sin hacer daño y dejando una gran enseñanza para todos.

En la última etapa de su vida, después de haberse convertido en una leyenda de la producción televisiva, decidió dar el paso hacia el área de las relaciones diplomáticas internacionales. En el segundo gobierno del presidente Danilo Medina fue designada como Encargada de Cultura de la Embajada Dominicana en Cuba, función que le fue ratificada por el gobierno de Luis Abinader. Desde esa posición desarrolló un amplio y efectivo trabajo para profundizar y multiplicar las relaciones culturales entre los pueblos hermanos de Cuba y República Dominicana.

            El miércoles pasado, día en que ella falleció, en horas de la mañana, Zinayda y yo nos preparábamos para salir de viaje y decidimos llamar a Willy, el hijo mayor de Socorro, para saber cómo estaba la salud de ella y decirle que queríamos visitarla luego que retornáramos al país. Willy, con profunda tristeza, nos dijo: “Vengan a verla hoy, su situación está muy dificil…”. Luego de terminar mi jornada en el programa El Sol de la Mañana, fui junto a Zinayda a visitar a nuestra gran amiga y hermana Socorro. Compartimos un hermoso momento con ella y parte de su familia, oramos y escuchamos una linda canción a los pies de su cama.

Aunque ya estaba en su etapa final y prácticamente no hablaba ni respondía, cuando oramos por ella y le dijimos que la queríamos mucho, hizo un pequeño gesto de emoción, como si una leve sonrisa se posara en sus labios. Esa fue su despedida para con nosotros. Salimos tristes, pero muy satisfechos de haber podido verla aún con vida. En horas de la noche, recibimos la dolorosa noticia de que ella se había ido al cielo a los pies de Jesús, para tal vez producir alguna entrega especial en el reino de Dios. Con el corazón henchido de pena, pero con la esperanza de que la volveremos a ver algún día, le decimos: Hasta siempre, querida Socorro…

Euri Cabral

Economista y Comunicador

euric[email protected]

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