Hecho el camino, la suerte está echada.
Pablo Mckinney
¡Alea iacta est! Luis Abinader ha cruzado el Rubicón o más exactamente el Hudson. Difícilmente podría tener el Presidente un mejor escenario para anunciar su repostulación que la ciudad de New York, en un fin de semana en el que la identidad nacional voló alto en la Gran Parada de la gran urbe domínico-americana. No olvidemos que NY no es solamente la capital cultural global -como antes lo fue París-, sino también la principal villa de las remesas nacionales, parcialmente responsables de nuestra estabilidad macroeconómica.
A la mujer amada le preguntaba Ángel González: “qué sería tu nombre sin ti, igual que la palabra rosa sin la rosa”, de igual manera, uno le pregunta a ustedes, qué sería de nuestra economía sin las remesas, sin las formales o informales remesas que con puntualidad de campesino banilejo llegan cada mes o trimestre a tantos hogares dominicanos.
Se pensó y repensó la estrategia y se acertó en la plaza, el escenario, el texto, el tono y la hora. Desde la tarde del domingo, la lucha política electoral es otra. La decisión de Abinader no cambia pero sí define el escenario. Los tres caballos están en la gatera. Ahora se trata de trabajar para ganar la carrera.
Como el electorado dominicano es cada vez más conservador, y aquí las Iglesias viven matando a Voltaire cada vez que intenta defender la vida de las mujeres pobres (tres causales) o del negro inmigrante que con o sin papeles construye el país, nuestros tres candidatos también son conservadores. Sin importar si han estudiado o no al profesor Zygmunt Bauman, nuestros partidos son líquidos, toman la forma (la ideología) del vaso (el electorado) que los contiene.
La decisión presidencial sorprende a pocos, pero no deja de ser la gran noticia de la semana, aunque buenas nuevas podrían ser anunciadas mañana en Pedernales, según mis fuentes. Y es que el horno político electoral del PRM no está para galletitas ni titubeos: Avanzan las negociaciones entre los dos PLD para una alianza en las municipales que incluiría que quien ocupe el tercer lugar en las presidenciales apoye a quien obtenga el segundo, lo que representa un gran desafío para un PRM que, ante tal posibilidad, está conminado a ganar en la primera vuelta como forma de alejar el fantasma del Frente Patriótico 1996.
Hecho el camino. La suerte está echada.
Listín Diario