Impacto incierto: aranceles de Trump generan preocupación sobre exportaciones dominicanas y estabilidad económica

Santo Domingo, 4 de abril. – Aún es prematuro determinar el impacto real del arancel del 10 % impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las exportaciones dominicanas hacia ese país. La medida, parte de su política proteccionista, podría afectar el comercio exterior y la competitividad de productos dominicanos en el mercado estadounidense.

Aunque la tarifa se aplicará de manera uniforme a los países de Centroamérica, Nicaragua enfrentará un arancel mayor del 18 %. Esto podría darle una ventaja competitiva frente a la República Dominicana en productos como cigarros, arroz y otros rubros donde mantiene superávit comercial con EE. UU.

La política comercial de Trump no sorprende, ya que durante su campaña prometió atraer capital al país, reducir el déficit comercial y fortalecer los vínculos con sus aliados. No obstante, el impacto de estos aranceles comienza a generar inquietudes entre economistas y sectores productivos.

El arancel dominicano del 20 % al arroz estadounidense –fuera de la cuota de 23,000 toneladas métricas– y otras restricciones, como el impuesto ad valorem de 10 % al etanol (equivalente a RD$11 por litro) y el ITBIS del 18 % sobre quesos importados de EE. UU., también están bajo la lupa. Mientras tanto, los productos locales, como los quesos, están exentos del ITBIS, generando tensiones en las relaciones comerciales bilaterales.

Adicionalmente, han surgido cuestionamientos por las licencias de importación en el Ministerio de Agricultura, demoras en registros sanitarios, falta de transparencia en compras públicas, presunta piratería, incumplimiento de normas laborales en el sector azucarero, y trabas vinculadas a las reglas de origen en la importación de vehículos. La aplicación de regulaciones internas al acero estadounidense también ha sido catalogada como una barrera comercial.

Para Luis Manuel Piantini, economista y ex representante ante la OMC, aunque el arancel de 10 % mantiene la competitividad general, Nicaragua representa un caso atípico que podría perjudicar a los productores dominicanos de cigarros. Advirtió además que si EE. UU. otorga a México un arancel más bajo en vehículos, esto podría desviar inversiones lejos de República Dominicana, aprovechando la cercanía geográfica y la capacidad instalada del país azteca.

Piantini también sugirió que la decisión de Washington podría responder a medidas proteccionistas adoptadas por República Dominicana, como el arancel al arroz, en un contexto de déficit comercial bilateral que ronda los US$6,000 millones.

En un foro económico organizado por Ecoanalítica y C2S Consulting, Alejandro Grisanti, presidente de Ecoanalítica, advirtió sobre los efectos inflacionarios de estas medidas. Citando estimaciones de Goldman Sachs, prevé un aumento de 1.2 puntos porcentuales en la inflación estadounidense debido a los nuevos aranceles. También se proyecta una desaceleración del crecimiento económico de entre 0.8 y 1.3 puntos porcentuales, lo que podría tener un impacto indirecto sobre economías emergentes como la dominicana.

Grisanti señaló que la política de “onshoring” promovida por Trump favorece la producción dentro de Estados Unidos, en detrimento del modelo de “nearshoring” que ha beneficiado a países como República Dominicana. Sin embargo, destacó que la postura anti-China de EE. UU. podría abrir oportunidades para naciones aliadas en la región.

En ese mismo foro, Bernando Fuentes, vicepresidente de Estudios Económicos del Banco BHD, y otros analistas como Juan Ariel Jiménez, ex ministro de Economía, y Richard Medina, coordinador de economía del INTEC, coincidieron en que el país enfrenta una desaceleración económica significativa proyectada para 2025. Señalaron la urgencia de reformas estructurales para mejorar la eficiencia del gasto público y revertir la tendencia a la baja del crecimiento potencial.

Pese a la estabilidad reciente del tipo de cambio, los expertos advierten que el Banco Central enfrenta un dilema: impulsar el crecimiento económico o preservar la estabilidad cambiaria. Aunque Grisanti sugiere priorizar el crecimiento, es probable que la autoridad monetaria continúe enfocándose en evitar una apreciación excesiva del peso dominicano.

Finalmente, se advirtió sobre la falta de avances fiscales: no se prevé una reforma tributaria a corto plazo ni mejoras en la lucha contra la evasión. La reducción de la inversión pública también podría agravar la desaceleración, mientras el déficit comercial seguirá siendo financiado por remesas, turismo e inversión extranjera directa, sin que se implementen transformaciones estructurales en la economía.

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