Instituto del Merengue, una necesidad nacional

Por Euri Cabral

Cada 26 de noviembre se celebra el Día Nacional del Merengue. Esa decisión fue producto de una solicitud de la comunicadora Jatna Tavarez al presidente Leonel Fernández, quien la acogió y en el 2005 emitió el decreto no. 619-05, que instituye todos los 26 de noviembre como día de nuestro ritmo nacional. Se escogió esa fecha, porque el 26 de noviembre de 1854 fue la primera vez que se usó ese vocablo asociado a nuestro ritmo musical, en las páginas del periódico El Oasis.

En los actuales momentos muchos analistas y cronistas del espectáculo dominicano hablan de una crisis en el merengue. Otros establecen que no existe una crisis en el sentido estricto de la palabra, pero es innegable que en los momentos actuales el merengue atraviesa por una etapa difícil como ritmo y como música. Esta situación se corresponde con la difícil realidad que vive el mundo del disco, desde la aparición del Internet como fuente principal de oferta musical, y por la incapacidad del ritmo nacional de generar nuevas ofertas acordes con los tiempos tecnológicos que vivimos.

Lo cierto es que el merengue sigue y seguirá siendo parte de la definición y del orgullo de la dominicanidad. Actualmente existe una gran cantidad de grupos y de líderes merengueros que dominan el ambiente. La mayor parte de ellos surgieron en la época de oro del merengue, los años 80, y han atravesado varias etapas del ritmo consolidando su liderazgo y siendo de los más influyentes y populares en la actualidad.

Los grandes desafíos que tiene el merengue en estos momentos van en la línea de saber renovarse; de lograr que surgan nuevas figuras que lleguen a la gente; conectar con las nuevas generaciones de nativos digitales y competir en términos comerciales con los otros ritmos que, sin grandes contenidos ni calidad musical, hoy copan la popularidad en los jóvenes y dominan las redes sociales.

Ningún otro ritmo va a sacar del corazón de los dominicanos al merengue. Es parte sustancial de la cultura y el sentir de la dominicanidad. No hay una sola fiesta en el país donde no se toque merengue. Pero, nuestro ritmo nacional no puede dejarse desplazar de lo que la gente quiere hoy, no puede ser cultivado solo por artistas que ya tienen varias décadas de presencia y de éxito. Se debe trabajar con las jóvenes generaciones para que puedan darle continuidad al legado de quienes han sembrado buenos y sabrosos merengues que ya son parte de la esencia dominicana.

El merengue sigue siendo un producto comercial importante en nuestra nación, una gran industria que produce muchos empleos y genera riquezas. A lo largo del año, los principales merengueros logran mantenerse tocando en fiestas y espectáculos, unos más que otros. En diciembre, todos o casi todos los grupos merengueros, tienen una gran zafra de actividades y de ingresos.

Sin embargo, a pesar de eso, el merengue ha sido desplazados del lugar principal en el mercado de la música y el espectáculo. Es necesario que, como industria, los merengueros y todas las personas que forman parte de ella, se unifiquen y busquen opciones para ganar de nuevo ese mercado con mayor amplitud.

En ese orden entiendo que, en primer lugar, los merengueros más importantes, y con mayor solidez económica, que siguen teniendo vigencia, (Juan Luis, Wilfrido, Los Hermanos Rosario, Sergio Vargas, El Torito, Miriam, Eddy Herrera, Toño, entre otros), deberían ponerse de acuerdo y crear una empresa comercial apoyada por todos, que pueda promocionar nuevos talentos del merengue que conecten con la nueva visión digital de la música y del negocio. Hacer casting para buscarlos, hacer concursos, hacer espectáculos donde se combinen los artistas nuevos con los experimentados. Grabar y promover a esos nuevos talentos, y con todo eso, lograr que esas nuevas figuras merengueras puedan rescatar e impulsar el legado que ha sido sembrado por ellos.

En segundo lugar, y tal vez lo más importate, es que todos los merengueros se unifiquen para solicitar al gobierno dominicano que se decida a conformar, de una vez y por todas, el Instituto del Merengue. Un organismo oficial que se encargue de realizar acciones para garantizar la presencia y difusión del merengue, en el país y en las ciudades del exterior donde hay comunidades dominicanas.

El Instituto del Merengue es una necesidad nacional. Ese instituto debe garantizar que en los medios de comunicación del Estado dominicano se difunda de forma permanente nuestra música nacional y lo más trascendente, debe asegurar junto con el Ministerio de Educación, que en todas las escuelas y colegios de la nación se den clases de merengue, tanto de su historia como ritmo, como de su forma de tocarlo y de bailarlo.

Finalmente, el Instituto del Merengue, junto con todos los merengueros y merengueras, promotores, empresarios y empresas afines, deben garantizar que durante la cuarta semana de noviembre de cada año, cuando se celebra el Día Nacional del Merengue, se desarrollen múltiples actividades de importancia en la mayor parte de las provincias del país, con presentaciones especiales, concursos, bailes populares, en fin, todo lo que apuntale al ritmo nacional, y más popular, de la República Dominicana.

Euri Cabral

Economista y Comunicador

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