Intensifican extracción ilegal de arena en el Río Masacre por civiles haitianos

Dajabón, 10 de agosto – En un claro detrimento del ecosistema y sin ningún tipo de control, civiles haitianos han incrementado la extracción de agregados del río Masacre para su comercialización en Juana Méndez y otras zonas de Haití. Esta actividad ha generado preocupación en ambos lados de la frontera, dada su magnitud y las implicaciones ambientales que conlleva.

Cada semana, sin descanso, haitianos extraen grandes cantidades de arena del río, llenando más de 30 camiones marca Daihatsu al día. Ante la creciente demanda, han incorporado también motores de carga de tres gomas para facilitar el transporte y la venta del material, según una fuente militar que informó a la prensa. La extracción se ha convertido en una operación continua, llevada a cabo sin interrupción, lo que ha permitido la comercialización de estos agregados a gran escala.

Una publicación del Listín Diario capturó imágenes de cómo operan los haitianos en el río. El procedimiento es simple pero efectivo: civiles entran al río con cubetas blancas, las llenan de arena y luego las amontonan en la orilla. Posteriormente, otros trabajadores, utilizando palas, cargan la arena en camiones y motores para su posterior traslado fuera de la zona. Esta práctica, según se informa, lleva más de cuatro años realizándose sin que haya una intervención efectiva por parte de las autoridades.

El sacerdote José Rafael Núñez, conocido como “Chepe” y director del Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola en Dajabón, expresó su preocupación por el daño ambiental que esta extracción ilegal está causando.

Señaló que el río Masacre es vital para la población, ya que muchos acueductos dependen de sus aguas, al igual que las plantaciones agrícolas que se irrigan con este recurso. Además, subrayó que la actividad representa un problema serio para el medio ambiente, instando a un diálogo entre dominicanos y haitianos para abordar esta situación, ya que ambas partes extraen arena del río.

El rector del ITESIL, José Núñez, enfatizó que la extracción de materiales de los ríos tiene consecuencias ambientales devastadoras, explicando que si se sigue extrayendo arena del afluente, el nivel del agua disminuirá, lo que podría llevar al agotamiento del recurso.

El impacto ambiental de esta actividad es visible desde el sector La Sal, en el municipio cabecera de Dajabón. Mientras que del lado dominicano la zona está fuertemente militarizada, en el lado haitiano no se observan fuerzas de seguridad, sino únicamente a los depredadores del Masacre que continúan con su labor.

La crisis política y social en Haití ha permitido que esta práctica se lleve a cabo sin ningún tipo de restricción, en violación no solo de las leyes locales, sino también del Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929.

El empresario Juan de Dios Liberato expresó su preocupación ante esta situación, señalando que los haitianos están extrayendo arena de manera indiscriminada y que las autoridades locales en Dajabón se ven impotentes para detener esta actividad.

Liberato también hizo un llamado a las autoridades dominicanas para que coordinen esfuerzos con sus contrapartes haitianas y puedan corregir esta situación, que afecta gravemente a ambos países.

El río Masacre, que nace en la montaña Pico del Gallón en Loma de Cabrera, tiene un recorrido que, al llegar al municipio cabecera de Dajabón, divide la República Dominicana de Haití en un tramo de cinco kilómetros. Este recurso natural compartido necesita protección urgente ante la amenaza de su agotamiento.

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