Intentos fallidos de juicio político
Miguel Guerrero
En el 2018, dos diputados de izquierda, Fidelio Despradel y Fidel Santana, propusieron a la cámara un juicio político contra el entonces presidente Danilo Medina, para su destitución sumaria. La propuesta fue perturbadora aun cuando tal posibilidad era improbable. Ya en otra oportunidad un grupo de ciudadanos, en los que figuraban intelectuales y periodistas, lo había solicitado añadiendo al pedido la celebración de elecciones anticipadas, lo que generó reacciones contrarias de amplios círculos de la sociedad, incluso dentro de la propia oposición, conscientes de que tal pretensión podía conducir a una situación de enfrentamiento, caos y vacío político cargado de incertidumbre.
No han faltado en los últimos meses personajes de nuestro circo político que hayan acariciado otra demanda similar contra el presidente Luis Abinader, lo que al igual que la anterior, personalmente, me parece absolutamente sin sentido. Siempre habrá resabios suficientes para tratar de conseguir por esa vía, lo que a muchos partidos y dirigentes políticos les resultaría imposible conseguir por otros medios sanos y democráticos.
El hecho de creer que una eventual destitución por el Congreso de un presidente de la República pueda mejorar la situación por la que se le derroca, es de una ingenuidad imperdonable, porque la Constitución prevé muy bien lo que sucedería en el caso hipotético de que una aventura como esa se materialice. Pura y simplemente, asumiría la presidencia quien se desempeñe como vicepresidente, que en un plazo fatal de 30 días debería convocar a la Asamblea Nacional para llenar la vacante de la vicepresidencia. Si no lo hiciera, el Congreso tendría entonces la facultad constitucional para llenar el vacío. ¿Con un partido en el poder teniendo la mayoría de ambas cámaras a quién se escogería para ese cargo? Obviamente que a otro líder del partido gobernante.
El Caribe