Israel, Irán y Estados Unidos en guerra, economía dominicana en alerta

Haivanjoe Ng Cortiñas

Desde la perspectiva escatológica, el análisis del actual conflicto bélico debe considerar la naturaleza laica del Estado de Israel y también, el Estado confesional de Irán, como República Islámica. Sin embargo, esta opinión no se construye desde esa óptica, simplemente pondrá de relieve los previsibles impactos económicos que sobre el mundo y la República Dominicana se ciernen, ante el aumento y agudización de la guerra aun no declarada y que solo está a la espera de la reacción de Irán para que el circulo se cierre y desde entonces las consecuencias en el campo económico sean del todo visibles. La espera no parece que se dilate.

Quedándonos en la delimitación económica, el escenario puede resultar previsible, la posibilidad del cierre del estrecho de Ormuz está entre las primeras opciones que tiene Irán en sus manos, derivándose en forma directa que el precio del barril de petróleo casi en forma inmediata se ubique en no menos de US$ 100.0 y con posibilidades de alcanzar hasta los US$ 120.0 en menos de un mes, si el conflicto se mantiene, conforme a importantes casas de inversión y calificación de riesgos. El precio del petróleo es un tema de oferta y demanda y aunque por el referido estrecho se transporta más del 20.0 % del petróleo y otro tanto, similar de gas, el efecto en el desequilibrio de las fuerzas del mercado podrá tender a posicionar el precio en los niveles mencionados.

Ante esa real posibilidad, la presión sobre los precios internacionales no se hará esperar, promovida por la inflación energética, considerando que importantes economías en el mundo son dependientes de la energía importada, como la India, Japón, China, la Unión Europea, entre otras, lo que puede promover una contracción económica con la aparición también de subidas en las tasas de interés monetaria por el lado de la FED y otros bancos centrales, así como mayor presión fiscal.

La reacción no se quedaría en el plano de los precios y la economía real, los mercados financieros serian víctimas del conflicto bélico en aumento, probablemente las principales bolsas del mundo caerían en métricas que dependerán del grado de las reacciones militares. Ese escenario haría que el oro y los bonos del Tesoro de los Estados Unidos suban, e incluso, hasta las criptomonedas, como medio de refugio de los inversionistas.

Por el lado de la República Dominicana, como el país tiene una alta dependencia de recursos energéticos importados, en torno al 84.0 % del total requerido, se hace previsible que el impacto negativo sobre la economía local sea directo, inmediato y significativo. Con la actual cotización del barril de petróleo, algo más de US$ 74.0, de mantenerse para los próximos 6 meses la factura petrolera puede incrementarse en no menos de US$ 420 millones adicionales a lo que se pagó durante el primer semestre de 2025 y mucho más en función de la evolución hacia el alza del precio del petróleo.

Dependiendo de la duración del conflicto y además, de si el gobierno dominicano continue la política de subsidio a los combustibles y a la energía eléctrica, la inflación haría mayor o menor impacto sobre los consumidores. Si ese fuera el caso, las dificultades fiscales aumentarían, por partida doble, menores niveles de captación de ingresos, ante contracción económica y aumento del gasto público por subsidio, elevando aún más el déficit fiscal e incrementando la posibilidad de continuar la política de endeudamiento público. El escenario de un aumento en la tasa de inflación adicional de un 1.0 % a un 2.0 %, esta sobre la mesa de lo que queda de año y naturalmente, los sectores de menores ingresos monetarios se verían muy afectados por un menor poder adquisitivo.

En cuanto al turismo, también resulta altamente probable que el flujo de turistas disminuya hacia la República Dominicana, a pesar de que epicentro del conflicto bélico se encuentra muy distante del país, pero como el miedo geopolítico está presente entre la población, el costo de los pasajes aéreos aumentaría por precio de los combustibles, el ingreso monetario de los potenciales turistas disminuiría por la contracción económica y, por un tema de racionalidad en las definiciones de las prioridades de la gente.

Respecto al tema de las remesas, hasta el momento el país no se ha visto afectada por la política migratoria de los Estados Unidos, habría que esperar si la actividad económica como consecuencia del conflicto bélico provoca una recesión, en la que las remesas puedan transitar la velocidad e inclinación de la economía de los Estados Unidos.

En un escenario proyectado sobre la base de una agudización y prolongación del conflicto entre Israel, Irán y los Estados Unidos, cabe la alta posibilidad de que la economía dominicana concluya el año 2025 con un nivel de actividad económica en donde su PIB crezca en no más de un 3.5 % y en el peor de los escenarios, en un 2.5 %., la tasa de inflación sobrepase el 7.0 %, el déficit en la cuenta corriente sea de no menos de un 6.0 % del PIB, el déficit fiscal se acerque a un 4.0 %, también del PIB y, la depreciación del peso respecto al dólar alcance el RD$ 66.0, siempre que el Banco Central no se desapodere de una parte de las reservas internacionales mediante operaciones de mercado abierto para incidir en la cotización del dólar frente al peso.

Ojalá que el liderazgo mundial procure una solución del conflicto, aspiración poco probable, ante el curso del conflicto y los objetivos, en la que por un lado se considera que no se debe permitir a Irán desarrollar armas nucleares y, por otro, el interés de cambiar a quienes dirigen la política del país persa para que esté más alineado a propósitos occidentales.

Listín Diario

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