Javiera Mena lanza «un disco para hacer el amor, con momentos bien cachondos»
Madrid, 26 sep (EFE).- De las noches con toque de queda a raíz del estallido social de Chile y sus fiestas clandestinas y de esa energía que hace a la gente «movilizarse, amar y bailar» surgió el nuevo disco de Javiera Mena, «un espacio de paz en un mundo áspero» en el que la cantautora chilena se muestra más sensual y sexual que nunca.
«Este álbum conecta con la pasión y con el enamoramiento, es un disco para hacer el amor, explícito y sexual como herencia de las letras de la música urbana, con momentos bien cachondos», explica a Efe ante la publicación este viernes de «Nocturna» (Sonido Muchacho), su quinto LP tras «Espejo» (2018).
El «detonante» fue un viaje que Mena (Santiago de Chile, 1985) emprendió en octubre de 2019 a su patria natal desde Madrid, la ciudad en la que reside desde hace años. A los pocos días, se produjo la sucesión de manifestaciones y revueltas que se extendieron por todo Chile hasta 2020 por el alto coste de la vida.
«No me afectó como para que me pusiera a escribir sobre política ni contingencias, porque no es mi sitio, pero sí sobre esa energía que habita en las personas que viven momentos fuertes y que las hace movilizarse, amar y bailar, la energía del fuego», cuenta.
Para ello, esta embajadora del «electropop» ha creado «un álbum que busca la suavidad en un mundo tan áspero, como un espacio más seguro, de confort y de paz», con momentos «más orgánicos» en los que suenan arreglos con flauta travesera o saxofón, una herencia -dice- de la música de Sade y George Michael de los años 80… «Y también de la noche madrileña, que me recuerda mucho a eso», añade.
«De hecho, este disco se iba a llamar ‘Playa de noche’; ese era el concepto, sentir la vibración de mis viajes al norte de Chile, a Arica, que es lo más cercano al Caribe que tenemos allá. Me gusta mucho esa energía de los 80 de ‘París Latino’ o ‘La isla botina’, esa cosa latina y electrónica a la vez en un medio tiempo», desvela.
«LA SITUACIÓN DEL LESBIANISMO HA MEJORADO».
En el primer corte del álbum, «La isla de Lesbos», el videoclip aprovecha para reinterpretar el cliché de la homosexualidad femenina y la presenta «no en el lugar oscuro que ha ocupado habitualmente en la música», sino como una reunión divertida y positiva de mujeres fuertes de diferentes generaciones.
«La situación del lesbianismo ha mejorado un montón. Por ejemplo, hay un movimiento grande bisexual, sobre todo entre las mujeres y cada vez más entre los chicos. Como Simone de Beauvoir, me gusta creer que todos lo somos, aunque yo me considero lesbiana», dice ante una época con más referentes LGTBq+ en ámbitos como el del entretenimiento o la moda.
En «Nocturna», Mena colabora con el joven granadino Chico Blanco y con la veterana artista chilena Myriam Hernández, quienes pese a parecer «tan dispares» uno de otro, definen su modo de entender la música: «Estar en la última fiesta enriqueciéndose de lo más reciente y también lo más antiguo, de Juan Gabriel a Camilo Sesto».
Explica finalmente que el título alude asimismo a ese «lado oscuro o ese submundo» que reside en todos nosotros y que abraza en dos de los temas más enérgicos, «Sombra» y «Culpa», el cual presentó a la primera edición de Benidorm Fest como candidato a representar a España en Eurovisión 2022.
«Era una canción difícil de cantar en un momento de nervios, pero creo que va a agarrar más ‘power’ con el tiempo y para Benidorm o para Eurovisión lo prefería frente a mensajes más normales de enamoramiento», justifica sobre esta elección.
Si entonces señaló a Efe que el nuevo álbum llegaría «en mayo», prefirió esperar para su lanzamiento al final del verano en este lado del planeta y al de un proceso tan complejo como el plebiscito constitucional en su país, del que salió un rechazo general.
«Como artista soñadora me gustaba esa constitución, porque soy animalista, se incluía a los pueblos originarios… Pero quizás a la mayoría les parecía que había muchos puntos cuando se necesitan respuestas más concisas en un momento crítico, supercomplejo, en el que hay mucha inseguridad», opina sin perder el optimismo: «Hubo un avance pese a todo. Quedamos en un valle y ahora pa’delante a trabajar en otra propuesta».
Javier Herrero