Jorge Ramos y su lucha incansable por la credibilidad periodística

Miami, Florida, 7 diciembre. – El periodista mexicano Jorge Ramos, una de las voces más prestigiosas del periodismo en español, reflexionó recientemente sobre el desafío de mantener la credibilidad en una era marcada por la desinformación.

“En tiempos de noticias falsas, los periodistas debemos ser como los meteorólogos en los que la gente confía para tomar decisiones importantes”, dijo Ramos en una entrevista con El País, de Madrid, España, coincidiendo con la presentación de su libro Así veo las cosas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

A punto de despedirse del Noticiero Univisión, tras 38 años informando sobre los eventos más relevantes de Estados Unidos, América Latina y el mundo, Ramos admitió que se siente como “un dinosaurio”.

Durante su conversación con Javier Lafuente, subdirector de El País, el periodista explicó que viene de una época en la que los reporteros eran más respetados y la verificación de datos y la búsqueda de la verdad eran pilares fundamentales del oficio. “Hoy, esa credibilidad es más valiosa que nunca”, afirmó.

Ramos destacó a figuras como Oriana Fallaci y Elena Poniatowska como sus grandes referentes. Fallaci, conocida por sus preguntas incisivas, y Poniatowska, quien recuperó la verdad de la matanza de Tlatelolco en 1968, representan para él la esencia de un periodismo comprometido con la verdad.

Sin embargo, advirtió que el escenario actual es más complejo. “Las redes sociales, dirigidas por multimillonarios como Elon Musk, han fomentado la desinformación y el odio, lo que representa una amenaza no solo para el periodismo, sino para la democracia misma”, dijo al medio español.

A pesar de los riesgos de plataformas como X (antes Twitter), Ramos defiende que los periodistas no deben alejarse de ellas. “Salir de esos espacios no es una solución; debemos estar ahí para hacer un buen trabajo periodístico y ofrecer al público información confiable”, subrayó en la entrevista con El País.

Un momento clave en su charla fue cuando un estudiante le preguntó cómo encontrar su propia voz como periodista. Ramos respondió con un ejemplo personal: la entrevista de 17 minutos que sostuvo con Nicolás Maduro, cargada de tensión, preguntas incómodas y que terminó con su equipo confiscado y detenido.

“Hacer la pregunta correcta en el momento adecuado es fundamental”, explicó, destacando que esa habilidad ha sido esencial para construir su carrera.

Aunque dejará el Noticiero Univisión, Ramos aseguró que seguirá haciendo periodismo, manteniéndose fiel a su estilo confrontativo. Recordó momentos icónicos de su carrera, como su enfrentamiento con Donald Trump, quien lo expulsó de una conferencia de prensa, y sus preguntas incisivas al expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador sobre violencia. “Si los periodistas no cuestionamos al poder, nadie lo hará”, dijo a El País.

Ramos expresó preocupación por la violencia en México, donde actualmente se registran 80 homicidios diarios. Hizo un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum para intervenir y evitar que su administración termine con cifras similares a las de su predecesor.

Aunque reconoció su capacidad como comunicadora, advirtió sobre los riesgos de acumular poder en un solo partido y una sola persona. “No queremos otro PRI en México”, afirmó.

En cuanto a Estados Unidos, Ramos describió a Donald Trump como “un acosador muy mentiroso” y alertó sobre los peligros de su posible regreso al poder. “Trump desarrollará un gobierno unipersonal y hará lo que le dé la gana. Esto es muy peligroso para México y el mundo”, declaró.

Al cerrar su conversación, Ramos insistió en que el periodismo no es solo su vocación, sino su misión. En un mundo polarizado y con guerras devastadoras en Ucrania y Medio Oriente, consideró que los periodistas deben ser faros de información confiable. “Nuestra credibilidad es lo único que nos queda, y esa es una lucha que no podemos abandonar”, concluyó en la entrevista con El País.

Jorge Ramos, con cuatro décadas de carrera, sigue siendo un ejemplo de integridad periodística, demostrando que la búsqueda de la verdad es un compromiso que trasciende fronteras y épocas.