Julio Rodríguez Grullón atribuye su destitución del Instituto Duartiano a postura sobre Haití y maniobra interna

Santo Domingo, 29 de abril. – El doctor Julio Manuel Rodríguez Grullón rompió el silencio tras su inesperada destitución como presidente del Instituto Duartiano, asegurando que su salida fue provocada por sus declaraciones en favor de una mejor convivencia entre dominicanos y haitianos, así como por un movimiento interno que buscaba reinstaurar en el cargo a su antecesor, Wilson Gómez Ramírez.

En una entrevista, Rodríguez Grullón explicó que sus opiniones fueron malinterpretadas y utilizadas en su contra dentro de la institución. “Somos dos países distintos en origen, cultura y costumbres, pero estamos obligados a buscar formas de convivir”, afirmó, defendiendo la necesidad de establecer una comisión binacional que regule el flujo migratorio haitiano hacia República Dominicana. “Ese trasiego de personas no lo para nadie”, sentenció.

El detonante, según relató, fue un enfrentamiento ocurrido durante su primera reunión al frente del Comité Ejecutivo del Instituto. Rodríguez acusó a Gómez Ramírez de irrespetarlo públicamente en plena sesión, lo que lo llevó a abandonar el encuentro abruptamente.

Poco después, se convocó una asamblea en la que se formalizó su destitución. “Todo estuvo bien calculado: desde hacerme la vida imposible en la directiva hasta la asamblea”, denunció.

Rodríguez Grullón considera que su enfoque pragmático hacia la relación dominico-haitiana generó rechazo entre sectores conservadores del Instituto Duartiano. Criticó la falta de renovación en la dirigencia, aludiendo a una cultura institucional sin tradición democrática, donde las presidencias tienden a perpetuarse.

Rechazó que existieran intereses económicos detrás de su remoción, al explicar que el Instituto opera con fondos estatales destinados principalmente a gastos administrativos, sin remuneraciones para sus directivos.

Durante la conversación, el ex presidente del Instituto Duartiano contextualizó su postura dentro de una visión histórica de las relaciones bilaterales. Rememoró acontecimientos del siglo XIX, como la Guerra de la Restauración, para señalar que el desafío de la convivencia pacífica ha sido constante.

Aun así, lamentó la descomposición actual de Haití, dominado en varias zonas por pandillas, lo que complica la posibilidad de diálogo. “Cuando acaben el muro, harán un túnel por abajo y vendrán igual. Eso no lo para nadie”, advirtió, en alusión al proyecto de muro fronterizo.

Rodríguez insistió en que su posición no fue de rendición, sino de realismo político. “No es cuestión de querer o no. Es que hay que tratar de llevarse bien”, reiteró.

Respecto al futuro del Instituto Duartiano, reconoció la capacidad de Gómez Ramírez para liderar la entidad, aunque expresó su malestar por la forma en que se manejó el proceso. Confirmó que seguirá vinculado como miembro ordinario, pero sin aspiraciones directivas. “Soy miembro, pero no tengo ningún cargo ya”, indicó.

Al concluir la entrevista, Rodríguez Grullón volvió a su mensaje central: enfrentar el desafío haitiano con madurez y perspectiva histórica. “Debemos tratar de llevarnos bien con los haitianos. Tratar. No es una obligación, pero sí una necesidad”, concluyó.

Comentarios
Difundelo