La Bachata: Del barrio a la UNESCO y al mundo

Santo Domingo, 9 de julio – La bachata, un ritmo musical nacido en los barrios humildes de la República Dominicana, ha trascendido fronteras y se ha convertido en un fenómeno global. Este género, caracterizado por sus melodías románticas y ritmos contagiosos, no solo se escucha, sino que se vive y se siente a través del baile. Desde sus orígenes hasta su evolución contemporánea, la bachata ha encontrado formas únicas de expresión en diferentes rincones del mundo.

El surgimiento de la bachata

La bachata nació en la República Dominicana a principios del siglo XX, en los barrios marginales y zonas rurales del país. Originalmente, era vista como música de cabaret y guardias, relegada a los estratos más bajos de la sociedad. Este prejuicio social se reflejaba en la limitada difusión de la bachata, que apenas se escuchaba en algunas emisoras de radio.

Sin embargo, con el paso del tiempo y la perseverancia de sus intérpretes, la bachata comenzó a ganar popularidad. En 2019, la UNESCO reconoció su importancia cultural al declararla Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento no solo validó el género, sino que también marcó un punto de inflexión en su percepción y aceptación global.

La evolución del baile

A lo largo de sus 60 años de evolución, la bachata ha pasado por varias transformaciones. Según la periodista y folclorista dominicana Xiomarita Pérez, la bachata se divide en tres olas principales:

  1. Bachata Bolerizada: En los años 60, la bachata se bailaba de manera similar al bolero, con movimientos lentos y pegados. Artistas como Leonardo Paniagua y Luis Segura fueron exponentes de este estilo.
  2. El Tumbao: En la década de 1970, la bachata incorporó el «tumbao», un movimiento de cadera que aportó un nuevo dinamismo al baile. Este estilo fue popularizado por las prostitutas y guardias que frecuentaban los bares y cabarets donde se escuchaba bachata.
  3. Bachata Barrial o de Car Wash: En los años 90 y hasta la actualidad, la bachata adoptó un estilo más urbano y moderno. Este estilo se baila principalmente en colmados y «car washes», lugares donde la música se escucha a alto volumen y la gente se reúne para bailar y socializar.

Xiomarita Pérez destaca que la bachata, a pesar de sus variaciones, ha mantenido una constante en sus letras, que hablan de amargura, traición y desamor. «Es un género polirrítmico patrimonio de la humanidad que en principio era un bolero y es el género que más aceptación ha tenido ya en todas las clases sociales», comenta.

El resurgimiento post-pandemia

Después de la pandemia, la bachata experimentó un resurgimiento significativo. Los lugares para escuchar y bailar bachata, especialmente las clásicas, proliferaron, atrayendo a una nueva generación de jóvenes interesados en los pasos de baile que se viralizan en las redes sociales. Las escuelas de baile han jugado un papel crucial en este renacimiento, ofreciendo clases para todos los niveles y promoviendo la bachata como una forma de ejercicio y socialización.

Luis Guerrero, instructor de Muévete Studio en Santo Domingo, ha sido testigo del creciente interés por la bachata. Con 14 años de experiencia, Guerrero señala que las escuelas de baile se han beneficiado enormemente de esta tendencia. «La bachata a la que él llama tradicional y Xiomarita Pérez ‘barrial’, el profesor la define como la que tiene muchos juegos de pies o figuras. Mientras que la moderna, por referirse a una bachata de Romeo Santos por ejemplo, es mucho ‘más fácil’ de bailar para los principiantes ya que se marca con los cuatro pasos conocidos. Finalmente, en la bachata sensual, se debe haber mucha conexión en la pareja».

Los Carrandales: El corazón de la bachata popular

Uno de los epicentros de este renacimiento es «Disco Terraza El Grande», conocido popularmente como «Los Carrandales». Ubicado en el batey Bienvenido de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, este lugar reúne a más de 1500 personas entre sábados, domingos y lunes. El término «Carrandales» se refiere a un espacio abierto donde la gente va a bailar.

Fernando Alexis Mateo, creador de la cuenta de Instagram @carrandalesrd, ha sido fundamental en la popularización de este lugar. Su plataforma ha atraído la atención de personas de todo el país e incluso a nivel internacional. «El joven apasionado de la bachata narra que la viralidad llegó sin esperarlo, pues dejaba cualquier fiesta para ir los lunes al negocio a ver a los bailadores dando los reales pasos de la bachata», explica Mateo.

Los videos de parejas bailando en «Los Carrandales» se han convertido en una sensación en las redes sociales, demostrando que la bachata sigue siendo una parte vital de la cultura dominicana. Estos bailes no solo han entretenido, sino que también han generado ingresos para los bailarines, quienes ahora monetizan sus actuaciones en otros establecimientos.

El Corito Bachatero: Un encuentro itinerante

En la capital, otro proyecto que ha ganado popularidad es «El Corito Bachatero», coordinado por Riggie Valdera. Este evento itinerante reúne a cientos de personas cada semana en la explanada de Cinema Centro Malecón para bailar bachata y otros ritmos tropicales. Valdera lamenta la falta de apoyo gubernamental para este tipo de iniciativas, que son esenciales para mantener viva la tradición cultural.

La Bachata en el mundo

El impacto de la bachata no se limita a la República Dominicana. En Europa, la bachata ha encontrado un público entusiasta que busca aprender y experimentar el baile en su forma más auténtica. Anny, una francesa que visitó la República Dominicana por primera vez hace seis años, se enamoró de la bachata tradicional. «Vine aquí a República Dominicana por primera vez hace seis años y vi los pasitos de la verdadera bachata. Desde ese momento siempre regreso a esta tierra», cuenta emocionada.

Virginia Tsafantaki, una griega que ahora vive en Santo Domingo, se encontró con la bachata tradicional en Suecia y quedó cautivada. «Es algo en verdad que no puedo explicar con palabras. Cuando yo escucho bachata y más las canciones tradicionales yo siento que el corazón late fuerte, es una conexión demasiado fuerte», dice Tsafantaki.

Marianus Van Lieshout, un holandés que visitó los Carrandales, buscaba entender el origen del género y la manera en que se baila en su tierra natal. «Declara que la bachata dominicana es como una droga que luego de bailarla no puede bailar otro estilo de bachata».

La Bachata: Una celebración cultural

La bachata ha recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos en los barrios de la República Dominicana. Hoy en día, es una celebración cultural que conecta a personas de diferentes partes del mundo a través del lenguaje universal de la música y el baile. A pesar de las variaciones en el estilo y la técnica, la esencia de la bachata sigue siendo la misma: una expresión de amor, desamor y resiliencia que resuena con el corazón de quienes la escuchan y bailan.

El futuro de la bachata

El futuro de la bachata parece prometedor. Con la creciente popularidad de las escuelas de baile, los eventos culturales y la viralidad en las redes sociales, la bachata continúa expandiendo su alcance y atrayendo a nuevas generaciones. La UNESCO ha jugado un papel crucial en la preservación de este patrimonio cultural, y es responsabilidad de los dominicanos y los amantes de la bachata en todo el mundo asegurarse de que este legado perdure.

La bachata es más que un género musical; es una parte integral de la identidad dominicana y una joya cultural que merece ser celebrada y preservada. Con cada paso de baile y cada acorde de guitarra, la bachata sigue contando la historia de un pueblo y su capacidad de transformar el dolor en belleza, y la tristeza en alegría.

Con datos de Diario Libre

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