La comunidad dominicana en Nueva York honra a las víctimas del Jet Set con una emotiva misa en la Catedral de San Patricio

Nueva York, 4 de mayo – En una conmovedora ceremonia marcada por la fe, la unidad y el respeto, la comunidad dominicana en Nueva York se reunió en la majestuosa Catedral de San Patricio para rendir homenaje a las 233 víctimas de la tragedia del Jet Set. La misa, organizada por el Consulado General de la República Dominicana en Nueva York, el Comité Altagraciano y la oficina del congresista Adriano Espaillat, se celebró como un acto de amor y solidaridad hacia los fallecidos y sus familiares.

Entre los asistentes destacaron Lidia Pérez y Ana Beatriz Pérez, hermana e hija del icónico artista Rubby Pérez, una de las figuras más queridas que perdió la vida en el siniestro. Su presencia conmovió profundamente a los presentes, acompañadas por decenas de familias afectadas, líderes comunitarios, autoridades diplomáticas y miembros de la diáspora dominicana, quienes llegaron desde distintos puntos de Estados Unidos y la República Dominicana.

La eucaristía fue presidida por el obispo dominicano Joseph Espaillat, quien elevó oraciones por el descanso eterno de las víctimas y pidió fortaleza para sus seres queridos. En medio del recogimiento, la Catedral se convirtió en un espacio de encuentro espiritual, donde se compartieron plegarias, lágrimas y abrazos, unidos por la esperanza y el recuerdo.

Al finalizar la misa, el cónsul dominicano Jesús Vásquez expresó su solidaridad con las familias de las víctimas, pidiendo a Dios que les conceda consuelo. “Nunca estamos preparados para la pérdida de nuestros seres queridos, y mucho menos cuando ocurren tragedias de esta magnitud”, dijo visiblemente afectado.

El congresista Adriano Espaillat también tomó la palabra, destacando la resiliencia de la comunidad dominicana. “A pesar del dolor, somos una comunidad de fe y espíritu. Hoy lloramos juntos, pero también amamos juntos. Y seguiremos recordando juntos”, expresó, subrayando la fortaleza colectiva frente a la adversidad.

El homenaje culminó con un tributo visual: fotografías, flores marchitas y decenas de velones encendidos, símbolos de esperanza y reclamo de justicia por quienes ya no están.

A 26 días del trágico incendio ocurrido en la discoteca Jet Set, donde el número de fallecidos se elevó a 233, la llamada «zona cero» en la avenida Independencia de Santo Domingo permanece como un espacio de memoria viva. El silencio de este lugar habla por sí solo, mientras visitantes se detienen, bajan la velocidad, se apean de sus vehículos y capturan con sus teléfonos imágenes del altar improvisado, rindiendo tributo a los caídos el martes 8 de abril.

Cada día, más velones se suman al altar improvisado, mientras que la voz del pueblo se alza en carteles que exigen justicia: “Justicia por nuestros hermanos”, “Cárcel para los culpables”, “Presidente Abinader, no te metas. Justicia”, y “Escenario de muerte por negligencia”. El clamor popular ha resultado en 17 querellas presentadas contra los propietarios del establecimiento y 18 denuncias formales ante la Fiscalía.

En torno al Jet Set, que durante años fue epicentro del entretenimiento con música en vivo y alegría, hoy hay un mural de recuerdos cubierto de flores secas y vigilado por un cordón de seguridad. Una Biblia abierta, ya ajada por el sol y la lluvia, permanece como testigo silencioso del dolor y la fe de un pueblo que no olvida.

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