La COP30 presenta el primer plan global de adaptación climática enfocado en la salud
Belém (Brasil), 13 nov.- Brasil, que preside la trigésima cumbre climática de la ONU (COP30), presentó este jueves el «Plan de Acción de Belém para la Salud», la primera iniciativa global de adaptación climática enfocada exclusivamente en el área sanitaria.
La propuesta, en la que han participado decenas de países, organizaciones, empresas y la sociedad civil, recoge acciones concretas para ayudar a reforzar los sistemas de salud ante la emergencia climática, que ya provoca muertes, multiplica enfermedades y colapsa hospitales en diversas regiones del mundo.
«Necesitamos soluciones reales», porque la crisis climática presiona los sistemas de salud y afecta a las familias más vulnerables, que «ya están pagando el precio del calentamiento global», afirmó el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, en una sesión plenaria de la COP30.
La adaptación climática puede salvar vidas
Uno de los últimos ejemplos ha sido el paso del huracán Melissa, que ha dejado al menos 45 muertos en Jamaica, 43 en Haití y uno en República Dominicana, además de numerosos daños materiales.

«El huracán Melissa nos ha recordado por qué la adaptación puede salvar vidas», dijo el presidente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, en el acto.
Los fenómenos meteorológicos extremos también se han sentido con intensidad en Brasil. En 2024, la Amazonía, donde se celebra esta conferencia, vivió la peor sequía del último siglo, lo que provocó la proliferación de incendios y, en consecuencia, una oleada de enfermedades respiratorias.
Por otro lado, el aumento de las temperaturas también favorece la propagación de enfermedades como el dengue -Brasil también experimentó el año pasado un número récord de casos y muertes- e incrementa la mortalidad por calor extremo o por afecciones relacionadas con la calidad del aire.
Según un informe de ‘Lancet Countdown’ para América Latina, se estima que las catástrofes climáticas costaron a la región 19.200 millones de dólares en 2024, el equivalente al 0,3 % de su PIB.
Tres áreas de acción del Plan de Belém
El ministro de Salud de Brasil, Alexandre Padilha, explicó que el plan se construyó sobre dos principios: la promoción y la equidad en salud, y la gobernanza con participación de la sociedad civil.

En la práctica, se estructura en tres áreas de acción: vigilancia y monitoreo sanitario con enfoque climático; políticas, estrategias y capacitación; e innovación, producción y salud digital.
Entre las medidas previstas están, por ejemplo, fortalecer las capacidades de monitoreo epidemiológico, incorporar nuevas voces en la toma de decisiones sanitarias, como los pueblos indígenas, y promover la investigación.
Otro punto importante será reforzar la fabricación y las cadenas de suministro de productos esenciales para la salud, algo que se demostró crucial durante la pandemia de la covid-19.
Así, Barbosa llamó a los ministros de Salud del mundo a apoyar el plan e incorporarlo en sus programas nacionales.
Las acciones que se pongan en marcha serán supervisadas mediante mecanismos globales de seguimiento y rendición de cuentas, bajo la observación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Nueva coalición filantrópica con 300 millones de dólares
En línea con esos esfuerzos, un grupo de 35 entidades filantrópicas internacionales, entre ellas la Fundación Gates, la Fundación Rockefeller y Wellcome Trust, entre otras, lanzaron un fondo que destinará 300 millones de dólares durante los próximos tres años para enfrentar la crisis climática y sus impactos en la salud.

«El cambio climático está transformando el mundo de una manera que tiene consecuencias enormes para la salud de las personas. Por eso tenemos que actuar, y debemos hacerlo con urgencia», dijo a EFE Alan Dangour, director de Clima y Salud de Wellcome Trust.
Dangour está convencido de que, a pesar de la actual ola negacionista, que tiene al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como uno de sus grandes exponentes, «la marea está cambiando» y «el mundo se está moviendo hacia un futuro que reconoce la necesidad de responder al cambio climático». EFE

