La Corte Internacional de Justicia alerta de que las consecuencias de la crisis climática son “graves y de gran alcance”
La Haya, 23 julio.- La Corte Internacional de Justicia (CIJ) advirtió este miércoles de que las “consecuencias” del cambio climático a nivel global son “graves y de gran alcance”, y subrayó que sus efectos reflejan “la amenaza urgente y existencial” que representa la crisis climática.
Durante la lectura de la opinión consultiva solicitada por la Asamblea General de Naciones Unidas sobre las obligaciones de los Estados en relación con el cambio climático, el máximo tribunal de la ONU alertó de que las emisiones de gases de efecto invernadero son “inequívocamente causadas por actividades humanas, sin límites territoriales”.
“En cuanto al contexto científico, la Corte señaló que las consecuencias del cambio climático son graves y de gran alcance, afectando tanto a los ecosistemas naturales como a las poblaciones humanas. Estas consecuencias reflejan la amenaza urgente y existencial que representa el cambio climático”, agregó el juez presidente, Iwasawa Yuji.
La resolución adoptada por la Asamblea en marzo de 2023 pidió a la CIJ contestar a una serie de preguntas basándose en documentos como la Carta de Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Acuerdo de París, y los derechos reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Garantizar la protección del medioambiente
“¿Cuáles son las obligaciones de los Estados, en virtud del derecho internacional, para garantizar la protección del sistema climático y otras partes del medioambiente frente a las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, en beneficio de los Estados y de las generaciones presentes y futuras?”, cuestionó la Asamblea.
Además, preguntó sobre “las consecuencias legales” para los Estados que no cumplen con esas obligaciones.
Uno de los temas legales clave que se espera que aclare la CIJ es la relación entre cambio climático y derechos humanos, como el derecho a la vida, salud, alimentación o vivienda, así como la responsabilidad histórica de los grandes emisores de gases de efecto invernadero.
El pasado diciembre, durante una semana de audiencias, un centenar de países y organizaciones internacionales presentó sus argumentos ante la Corte en este sentido.

Los países tienen la “obligación de adoptar medidas” climáticas
La Corte Internacional también declaró que los países tienen “la obligación de adoptar medidas para contribuir” a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la adaptación climática, y advirtió de que los tratados sobre cambio climático establecen “obligaciones vinculantes” de “prevenir daños significativos”.
En su opinión consultiva, la Corte consideró que los países tienen “el deber de prevenir daños significativos” al medioambiente, y “deben utilizar todos los medios a su alcance para evitar que actividades dentro de su jurisdicción o bajo su control causen tales daños”. El sistema climático, señaló, »debe ser protegido» para las »generaciones presentes y futuras».
Además, indicó el juez presidente, los países firmantes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), lo que incluye a la Unión Europea, Estados Unidos y China, tienen “la obligación de adoptar medidas para contribuir a la reducción” de emisiones de gases de efecto invernadero “de origen humano”, así como a la adaptación
“Derecho humano” a un “medio ambiente limpio y sostenible”
Asimismo, la CIJ defendió el “derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible”, y advirtió de que este es “inherente al ejercicio de otros derechos fundamentales”, como el derecho a la vida, la salud y a un nivel de vida adecuado.
Yuji señaló que esta Corte considera que “un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es una condición previa para el disfrute de muchos derechos humanos, como el derecho a la vida, a la salud y a un nivel de vida adecuado, incluyendo el acceso al agua, la alimentación y la vivienda”.
Durante la lectura de la opinión consultiva, el juez defendió que “este derecho humano es, por tanto, inherente al ejercicio de otros derechos fundamentales” y resulta de “la interdependencia entre los derechos humanos y la protección del medio ambiente”. EFE