La destrucción creativa

Rosario Espinal

Hace unos días, el Premio Nobel de Economía fue otorgado a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por sus aportes para comprender el papel de la innovación en el crecimiento económico. A Aghion y Howitt, en particular, por su teoría sobre la destrucción creativa.

¿Qué es, según ellos, la destrucción creativa y cómo impacta el crecimiento económico?

En pocas palabras, la innovación es creativa en tanto genera tecnologías y mecanismos para mejorar la productividad y el crecimiento de la economía, pero también es destructiva porque las viejas formas y tecnologías quedan obsoletas (destruidas) y son sustituidas por las nuevas.

Visto desde un ángulo social más amplio, esto supone no solo el cambio de una tecnología por otra, sino también la forma de hacer negocios e incluso de organizar la vida en sociedad hoy es posible ser parte de un grupo sin reunirse de manera presencial, solo chateando e interactuando en pantalla.

Para las generaciones que hemos visto grandes cambios tecnológicos, el argumento es particularmente relevante. Por ejemplo, hace apenas 50 años se utilizaban máquinas de es cribir que hacían difícil, si no imposible, la edición de lo escrito. Hoy utilizamos computadoras que hacen la edición súper fácil.

Aunque el teclado de la computadora se asemeja al de la máquina de escribir, la pantalla reemplazó el papel, y, con ello, la diversidad de cosas que podemos hacer, sobre todo, después que surgió el Internet y los equipos digitales.

La pantalla y el Internet destruyeron las máquinas de escribir, los teléfonos análogos, las enciclopedias, los discos y casetes, etc., etc. Los hicieron irrelevantes.

También impactaron la forma de comunicarnos y asociarnos. Por ejemplo, Sin duda, el Internet y los instrumentos digitales han transformado la forma de producir, de consumir y de interactuar. El cambio ha sido dramático y es imposible resistirse a todo lo disponible, nos guste o no.

Sin embargo, el debate no ha cesado sobre lo positivo y lo negativo de los cambios. No por la creatividad de las invenciones (que usualmente admiramos), sino por lo que se destruyó, sobre todo, el impacto en la interacción humana. Incluso en la presencialidad, la adicción al celular es tan grande que mucha gente no se resiste a utilizarlo.

O pensemos en las escuelas, hay ahora un movimiento para prohibir el uso del celular durante las horas de clase y poder concitar la atención de los estudiantes.

Los economistas apuestan a la innovación para impulsar el crecimiento, y muestras hay de sobra en la historia que avalan la relación. El veredicto social de las innovaciones es siempre más controversial o cauteloso, en parte porque los humanos tendemos a resistir los cambios, aunque digamos lo contrario.

El mundo siempre será distinto a lo que fue, y ahora vemos los cambios más rápido.

El desafío es que la destrucción de lo pasado llegue con buenos puentes al presente y al futuro, y que la innovación nos lleve a mejorar la humanidad.

Entramos ahora al mundo aún desconocido de una nueva creación humana que promete grandes cambios: la inteligencia artificial.

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