La dominicanidad amenazada en el merengue

César Nicolás Penson Paulus

La letra del merengue frecuentemente es de “doble sentido” y en ocasiones, más que picaresco, delata la lascivia del criollo, en figuras “poéticas” de expresión popular. Desde el “jarro pichao hasta “meter mi nariz en tu pecera”, pasando por “vecinaaaa, llegó el cuabero….” concurre un infinito menú de expresiones y metáforas que definen la maraña de ambigüedades intencionales, que lo caracterizan. La época de oro del merengue trajo la formación en Puerto Rico del Conjunto Quisqueya con un frente “picaresco” y rítmicamente muy rico. El merengue “a lo maco” se populariza con los Hermanos Rosario y luego La Coco Band. Los “fusilamientos” pusieron ritmo de merengue a baladas de todo el mundo, afectando la creatividad en busca de lo comercial. En 1976 la vegana Belkys Concepción forma un grupo femenino llamado Las Muchachas y en el 81 unida con Wilfrido Vargas, forma Las Chicas del Can, nombre que atribuye a Yaqui Núñez del Risco. En 1982 el Síndrome de Guillain-Barré afecta y separa a la talentosa pianista y vocalista siendo sustituida por Miriam Cruz y todo en un “sancocho” de traiciones, deslealtades, conflictos, controversias y abusos. Belkys, recuperada, continúa acumulando éxitos, adorada en Colombia y aquí apenas suena. No hay que ser musicólogo para entender que las juventudes en la evolución del tiempo, precisan de un merengue más acorde con su sentido de la música universal. El merengue Hip-Hop o Merengue House, de finales de la década de los 90 es una muestra. Quizás El Jardinero, de Wilfrido Vargas fue sin proponérselo una expresión de esto. La fusión es una de las técnicas, al utilizar la base musical del merengue y adaptarlo a introducción de otras figuras musicales. Con riesgo de excluir algunos: Ñico Lora y su hijo Antonio Lora, Tatico Henríquez, Antonio Morel, Papa Molina, El cieguito de Nagua, el Trio Reynoso, El Prodigio, Bonny Cepeda, Ramón Orlando, Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona, Los Hermanos Rosario, Sergio Vargas, Aramis Camilo Toño Rosario, Milly Quezada, Conjunto Quisqueya, Víctor Roque y La Gran Manzana, Dionis Fernández y El Equipo, Pochy Familia y su Coco Band, Jossie Esteban y la Patrulla 15, El Zafiro, Eddy Herrera, Freddy Kenton, Héctor Acosta, José Peña Suazo y La Banda Gorda, Rubby Pérez, Sandy Reyes y muchos otros. Hoy suenan interpretaciones que distan del merengue como tal y con menos necesidad de músicos, siendo sustituidos en la preferencia del público joven por recursos electrónicos y por “cantantes” sin voz, de cuestionable valor artístico, peligrosos referentes que extravían y desorientan con su tormentosa vida privada. Hace falta iniciativas oficiales y de los propios actores de la cultura musical criolla, para rescatar el merengue como expresión de la dominicanidad porque la “evolución” de lo actual, es un monumento a la vulgaridad, a lo superfluo, a lo banal, el culto a lo material, a la lascivia, y a la sensualidad desbordada.

Comentarios
Difundelo
Permitir Notificaciones OK No gracias