La economía no responde al estímulo monetario
Ramón Núñez Ramírez
Entre 2020 y 2025 el Banco Central ha cambiado varias veces su política monetaria y si bien ha tenido éxito en mantener la inflación dentro del rango meta desde mayo 2023, con la tasas de interés, el estímulo a la economía y ahora el tipo de cambio no ha tenido la misma eficacia.
Es necesario distinguir las distintas fases de la política monetaria en este quinquenio. En 2020, ante el impacto de la pandemia, la Junta Monetaria aprobó un paquete de RD$215 mil millones que permitió reestructurar deudas y contuvo la morosidad. Aun así, la economía cerró con una contracción de -6.7%.
Gracias a ese estímulo, y al impulso fiscal, el PIB rebotó 12.3% en 2021 y creció 4.9% en 2022, aunque el retiro gradual del estímulo y el alza de la Tasa de Política Monetaria (TPM) frenaron la expansión para contener la inflación.
En junio de 2023, con la inflación en 4%, se inició otra fase expansiva por RD$205 mil millones y se redujo la TPM. Sin embargo la economía apenas creció 2.4% y las tasas de interés no se redujeron.
Durante 2024, el impulso monetario logró acelerar el crecimiento hacia el 5%, apoyado en nuevas liberaciones de fondos: RD$34 mil millones para el sector construcción y la no redención de RD$140 mil millones en certificados del BC. Pero 2025 comenzó con una nueva desaceleración. En junio se liberaron RD$81 mil millones adicionales sin lograr reanimar la demanda. El PIB apenas creció 2.2% enero-septiembre.
La Tasa Activa Promedio Ponderada, que en 2023, 2024 y gran parte de 2025 mantuvo por encima del 15%, apenas bajó de 15.05 en diciembre de 2025 a 13.95% en octubre. pero en noviembre muestra una tendencia a situarse por encima de 14%.
En cambio, la Tasa Pasiva Promedio Ponderada de los Certificados de Depósitos se ha reducido de 9.81% en diciembre a 6.38% en octubre y sigue disminuyendo.
Tasas pasivas a la baja pueden estimular la salida de capitales de inversionistas que comparan el retorno local con la tasa de interés de los bonos del Tesoro norteamericano, más el riesgo-país, más la depreciación del tipo de cambio.
La economía tiene suficiente liquidez ya que a octubre el medio circulante (M1), la oferta monetaria ampliada (M2) y M3 (dinero en sentido amplio) aumentaron respectivamente 12.1%,13.1% y 14,5%, todos mayores al doble del crecimiento nominal del producto.
Ese exceso de liquidez no ha estimulado la economía, mientras el tipo de cambio presenta una depreciación acumulada de 5.2% a octubre y anualizada de 7.1%, aunque en noviembre ha perdido alrededor de 150 puntos.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
Por años la economía dominicana ha tenido “sólidos fundamentos” apoyados en un gasto público de capital que promedió 4% del PIB entre 2005 y 2019 y el dinamismo privado.
Hoy, con el nivel más bajo de inversión pública en décadas, el BC intenta reactivar la economía, bajar tasas y mantener estable el tipo de cambio simultáneamente. Triada imposible, especialmente, como advierte un anexo del Informe Artículo IV del FMI, “se ha debilitado el mecanismo de transmisión de la política monetaria”.
Para pretender un mayor crecimiento en 2026, no solo deberá mejorar el entorno internacional, también la calidad del gasto y la inversión publica, más una política monetaria que devuelva la certidumbre y confianza a los inversionistas.
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