La esperanza de liberación en Ucrania se desvanece en los territorios ocupados por Rusia
Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 23 febrero.- A medida que se acerca el tercer aniversario de la invasión, los habitantes de los territorios ucranianos ocupados por Rusia se enfrentan a la amarga disyuntiva de huir o adaptarse a una nueva realidad mientras se intensifican las políticas de rusificación y se desvanecen las esperanzas de que Ucrania recuperé el control.
La presión sobre la población local para que acepte un pasaporte ruso ha aumentado; quienes se niegan corren el riesgo de ser deportados, y ya se ha restringido su acceso a la sanidad, el empleo y la propiedad.
La madre de Artem, quien prefiere no dar su apellido por razones de seguridad, se vio obligada a solicitar la ciudadanía rusa tras varias visitas de soldados armados que le dejaron claro que era la única forma de conservar su pequeño negocio, su principal fuente de ingresos.
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Para ella, escapar de su casa en la región de Jersón es imposible porque tiene que cuidar de sus padres, explicó a EFE su hijo, que vive en territorio controlado por Ucrania.
La zanahoria y el palo
La familia se comunica a través del frente por canales en línea y evita hablar de temas delicados por miedo a ser «escuchada» por los rusos.
«Cada vez que se menciona la palabra ‘guerra’, la conexión se corta», explica Artem.
Rusia utiliza tanto el dinero como la violencia para ganarse la lealtad y acabar con la disidencia, afirma.
Los salarios y las pensiones del Estado son relativamente generosos, pero nadie puede sentirse seguro en el 18% del territorio ucraniano bajo control ruso.
Muchos aceptan «las limosnas» de Rusia y están seguros de que las cosas seguirán igual, cuenta Tetiana, una joven refugiada de un pueblo en la región de Lugansk capturado en 2022.
Sigue habiendo mucha gente «proucraniana». Algunos cuidan de sus familiares enfermos o ancianos, muchos temen el arduo viaje de varios días hasta el territorio controlado por Ucrania o están desanimados por el escaso apoyo estatal allí, explica Tetiana a EFE en Leópolis.
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«Los que todavía tienen la esperanza de que todo vuelva a ser como antes (de la invasión) son los que peor lo pasan», añade, señalando que sus parientes rara vez salen de casa para evitar deprimirse.
La presencia rusa es asfixiante; el menor atisbo de opiniones proucranianas puede ser extremadamente peligroso, indica.
Miedo y falta de futuro
Stefan Vorontsov, natural de Nueva Kajovka, en la parte ocupada de Jerson, y quien ahora vive en Polonia, dice que muchos jóvenes intentan huir ahora que Rusia se prepara para aumentar el reclutamiento obligatorio militar.
‘Humanidad’, un grupo de voluntarios que coordina, ha ayudado a unas seis mil personas a abandonar gratuitamente los territorios ocupados y anima a otros a hacer lo mismo mientras sea posible.
«Vinieron a matar a Ucrania y a destruir todo lo ucraniano en la mente de la gente», afirma, recordando que una de las primeras cosas que hicieron los invasores fue destruir todos los libros proucranianos de Nova Kajovka.
La gente sigue desapareciendo mientras continúa la caza de residentes proucranianos, asegura.
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Además, las crecientes dificultades económicas en esta región agrícola, afectada por la destrucción de la presa de Kajovka en 2023, también empujan a los lugareños a marcharse, explica Vorontsov, añadiendo que localidades cercanas al frente han quedado sin electricidad y sin una conexión fiable durante meses.
Mantenerse conectado
Aunque continúan los combates, el férreo control ruso sobre el flujo de información y la falta de perspectivas claras de liberación hacen que muchos en los territorios ocupados se sientan abandonados.
Sin embargo, los movimientos de resistencia no violenta siguen activos a pesar de los riesgos.
‘Lazo Amarillo’, una organización pro ucraniana, publica regularmente en Internet fotos de pequeñas banderas ucranianas azules y amarillas que coloca en lugares públicos de Crimea y otros territorios.
Su objetivo es recordar a los invasores que no son bienvenidos y decirle a la población local que no ha sido olvidada.
Kiev admite que en la actualidad carece de medios para recuperar sus tierras por la fuerza, mientras que muchos temen la destrucción que podría acarrear allí un recrudecimiento de los combates.
La prioridad de Ucrania, según Vorontsov, es evitar que se ocupen más tierras.EFE