La guerra particular de la República Dominicana
Pedro René Almonte Mejía
La semana pasada el mundo fue testigo de la intervención militar en Ucrania por parte de Rusia, un episodio que no es muy frecuente y que siempre llena de asombro a los que estamos ajenos a la situación de los países en cuestión.Algo así siempre viene para recordarnos la incapacidad que todavía tienen los países en ponerse de acuerdo por la vía de la diplomacia.
Todo disgusto o inconformidad entre las naciones llega cuando no se cumple lo que se acordó para mantener la paz.
No me sorprende que de repente hayan aparecido tantos expertos dominicanos en la problemática Rusia-Ucrania; que no saben que son los acuerdos de Minsk; que no saben nada de la Rus de Kiev; que no saben que Ucrania fue territorio del imperio zarista de Rusia por mucho tiempo; tampoco saben que la separación Rusia- Ucrania vino del tratado Brest-Litovsk, donde la unión soviética de Lenin aceptó la separación de Ucrania de los territorios de la URSS.
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El “reciente” conflicto entre Rusia – Ucrania, que no es reciente, vino como consecuencia del no cumplimiento de los acuerdos de Minsk… pero ¿Qué son los tratados de Minsk?
Los acuerdos de Minsk son dos pactos firmados en 2014 y 2015 por representantes de Ucrania,Rusia, la República popular de Donetsk y Lugansk para poner fin a la guerra del Donbás, en el este de Ucrania.
Estos tratados tenían como objetivo principal el alto al fuego entre el ejército ucraniano y las fuerzas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk; dichos acuerdos contaron con el auspicio de Francia y Alemania.
De modo que , la intervención militar rusa en Ucrania ha llegado por la falta de cumplimiento de los tratados de Minsk por ambas partes, una muestra de ello es el No rotundo de Rusia a que Ucrania forme parte de la OTAN, y que la segunda insiste en pertenecer .
Entre tanto, la preocupación y la alarma mundial es de suponerse, lo que sí me sorprende es que el actual Presidente de la Republica Dominicana, haya hecho unas declaraciones tan ácidas, como si ese asunto de dos naciones con las que tenemos relaciones diplomáticas y comerciales, sea algo que nos compete de manera directa y de primer orden, cosa que no han hecho de tal forma los demás gobernantes de la región.
Mi deseo es que nuestro presidente se involucre más en la guerra que vivimos los dominicanos en los supermercados; en las estaciones de gasolina; en las farmacias; en las calles con la delincuencia; en los hospitales; en las escuelas. Los dominicanos vivimos una guerra sin cuartel entre el bolsillo y la boca… Presidente, por favor atienda su tienda…