La inflación actual: un monstruo de diversas cabezas
Luis Reyes Santos
Economista
Los bancos centrales de las principales economías del mundo occidental y países en vía de desarrollo, incluyendo el nuestro, luchan por contener aumentos en los precios que cada día generan más desasosiego, pérdida de ingreso y pobreza en la población de estos países.
Aunque existen causas explicativas de la inflación que son comunes a la mayoría de las economías antes referidas, hay aspectos diferenciadores que hay que tomar en cuenta para el diseño de una correcta y balanceada respuesta de las autoridades monetarias para cumplir con su objetivo de someter la inflación a los niveles deseados.
Las presiones inflacionarias provocadas por los aumentos de los precios internacionales del petróleo, gas natural, cereales y los fletes marítimos, son causas explicativas de la inflación, en general, comunes a la mayoría de esas economías.
Pero existen economías, como la de Estados Unidos y la dominicana, donde, además de los factores precedentemente comentados, ambas podrían tener una situación de exceso de demanda agregada. Esto es, que la cantidad de bienes y servicios requerida por los consumidores se encuentre por encima de la oferta agregada o la cantidad de bienes y servicios que puede ofertar el aparato productivo de la economía en un periodo de tiempo, digamos de un año.
En el caso previamente descrito, inducir una alza de las tasas de interés del mercado financiero a partir de los instrumentos que dispone la autoridad monetaria, provocaría una caída en los niveles de préstamos bancarios y, eventualmente, del consumo y la inversión, hasta equilibrar de nuevo la oferta y la demanda agregada y reducir o eliminar el componente inflacionario provocado por lo que originalmente era un exceso de demanda sobre la oferta.
Pero hay casos que se han visto frecuentemente durante la crisis inflacionaria actual, donde los incrementos de precios se producen por situaciones aleatorias e imprevisibles de desabastecimiento de insumos debido a dificultades en la cadena de suministro, que impiden a las empresas cumplir con sus planes de producción, generando escasez y aumentos de precios.
En estos casos, dada su naturaleza aleatoria e imprevisible, aumentar las tasas de interés podría provocar una caída en los niveles de demanda que elimine cualquier exceso y neutralice los aumentos de precios, pero al ser una situación provocada por efectos exógenos a los productores, podríamos encontrarnos en una situación a corto plazo de inestabilidad permanente en la oferta agregada, que en caso de que la autoridad monetaria decida reaccionar en cada oportunidad, sin analizar la causa de las fluctuaciones, aumentando las tasas para neutralizar las alzas de precios, provoque un sobre ajuste, induciendo a una caída o desaceleración de la economía más pronunciada de lo deseado, con sus efectos perniciosos sobre el empleo y las condiciones de vida de la población.
Si a lo anterior adicionamos que las fluctuaciones de precios de los commodities energéticos y alimenticios se deben a factores no controlables por las autoridades locales, como la guerra Rusia-Ucrania, tenemos que concluir que el propósito de abatir la inflación en esta oportunidad resulta más complejo que en oportunidades anteriores, con riesgos notables de que la política monetaria no siga una senda que minimice los costos asociados a la caída esperada en el crecimiento y el empleo como resultado de los aumentos de las tasas de interés.
No recordamos una situación inflacionaria con la complejidad de la actual, donde no existe una senda clara de política que garantice cumplir con el objetivo de doblegar la inflación sin generar efectos indeseados que puedan ser similares o mayores al costo que provoca la inflación.
Las medidas de aumento de tasas de interés no son necesariamente la panacea para afrontar la situación actual, detrás de ellas podría esconderse un potencial de destruccion de riquezas de magnitud significativa, resultante de intentar alcanzar lo inalcanzable con los instrumentos disponibles en el contexto actual.