La invasión rusa de Ucrania ha destruido toda la confianza en Moscú
Viena, 20 mar (EFE).- Medio siglo de diálogo sobre seguridad en Europa ha quedado reducido a cenizas por la invasión rusa de Ucrania, una «ruptura total» con principios básicos de cooperación que destruye «toda confianza» en Moscú.
Así lo denuncia Michael Carpenter, embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), una entidad que tiene su origen en el diálogo entre Este y Oeste lanzado en 1975, en plena Guerra Fría.
Hoy, casi medio siglo después, el diplomático norteamericano destaca en una entrevista concedida a Efe en Viena que se ha perdido «toda confianza» en Rusia ante la «absoluta barbarie» que comete en Ucrania.
La invasión rusa constituye «una ruptura total de todas las normas básicas de la OSCE plasmadas en el Acta Final de Helsinki», denuncia Carpenter en referencia a los pilares básicos de la organización, como el respeto a la soberanía e integridad territorial de cada Estado y la renuncia al uso de la fuerza.
«¿Cómo se puede llegar a un acuerdo con un país que no cumple ninguno de los acuerdos anteriores? ¿Cómo se pueden adoptar medidas de creación de confianza si no se confía en que Rusia vaya a cumplir sus obligaciones?», se pregunta el diplomático.
Ante la falta de confianza en Rusia, reconoce Carpenter, queda incluso en entredicho el futuro de la propia OSCE, una organización fundada en 1992, con sede en Viena y que toma sus decisiones por consenso.
«Vamos a tener que replantearnos por completo cómo se construye la arquitectura de seguridad europea en el futuro», vaticina el embajador estadounidense.
Hasta el inicio de la invasión rusa, la OSCE tenía desplegada en Ucrania una misión con cientos de observadores no armados que vigilaban el alto el fuego en el este del país entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas prorrusos.
EXPULSAR O NO EXPULSAR A RUSIA
Carpenter recuerda que en la década de los 90, durante las guerras de desintegración de la antigua Yugoslavia, ese país balcánico, liderado entonces por el autoritario Slobodan Milosevic, fue temporalmente expulsado de la OSCE.
Esta vez, la mayoría de los 57 Estados asociados -de Europa, Asia Central, así como EEUU y Canadá- consideran que «la plataforma inclusiva de la OSCE debe mantenerse para que cuando termine (la guerra) haya un foro en el que se pueda dialogar».
«Las emociones están a flor de piel y a muchos embajadores les resulta muy difícil soportar estar sentados en la misma sala que el embajador ruso», reconoce Carpenter.
Asegura que su homólogo ruso, Alexander Lukashevich, repite en las reuniones semanales del Consejo Permanente de la OSCE lo que califica como «propaganda bélica, mentiras y desinformación a escala industrial».
En estos momentos, solo Bielorrusia apoya a Rusia en la OSCE, mientras que una docena de países de la antigua esfera soviética tienen cierta comprensión con Moscú.
El resto de los 57 Estados miembros han expresado claramente su rechazo a la invasión.
RENDIR CUENTAS
El embajador estadounidense, entre 2015 y 2017 secretario de Defensa adjunto para Rusia y Ucrania, destaca además la importancia de que los responsables de los crímenes cometidos durante la invasión rusa rindan cuentas.
Para ello, la OSCE ha establecido un equipo de investigación bajo el denominado «Mecanismo de Moscú», para recopilar evidencias de posibles crímenes de guerra.
«Están recopilando información y pruebas que se podrían usar en el futuro y esperamos que se usen para responsabilizar a los individuos de las violaciones del derecho humanitario, así como de los crímenes de guerra y los posibles crímenes contra la humanidad», dice Carpenter.
«La idea es que la información que reúna este equipo se registre públicamente para que el mundo vea lo que está ocurriendo (en Ucrania)», asegura el diplomático.
Un total de 45 de los 57 Estados participantes de la OSCE recurrieron al «Mecanismo de Moscú» para crear esa comisión de investigación.
«También se transmitirá (la información) al Tribunal Penal Internacional, o en el futuro, si lo hubiera, a un tribunal especializado en crímenes de guerra en Ucrania», agrega Carpenter.
«Existe un enorme deseo por parte de los Estados participantes (de la OSCE) de garantizar que se rindan cuentas», concluye.
CONSULTAS FALSAS
Sobre el futuro de Ucrania, el diplomático advierte de la posibilidad de que Rusia intente organizar consultas falsas sobre la soberanía en los territorios conquistados, como el referendo que organizó en 2014 en la península de Crimea.
«Pero fracasarán porque todo el mundo verá lo que Rusia está haciendo. No hay manera de que puedan limpiar o lavar la brutalidad de lo que se está cometiendo y los crímenes que se cometen. No hay manera de blanquear eso», asegura.
Estados Unidos, concluye el embajador, apoya «la plena soberanía y la plena integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente».
En ese sentido, EEUU tratará de «lograr una solución en la que las fuerzas rusas que entraron en Ucrania dejen de cometer actos de barbarie y dejen a Ucrania en paz como nación soberana e independiente que puede decidir su propio futuro», asevera Michael Carpenter.
Jordi Kuhs