La Migración en América Latina y el Caribe
Por: Luis Fernández
Desde el año 2010 en adelante América Latina y el caribe, han experimentado grandes flujos migratorios, que prácticamente han duplicado el número de migrantes, lo que está transformando las sociedades y la política de la región, estos grandes movimientos migratorios, por las tensiones que generan, hacen más compleja la gestión de la migración para los gobiernos.
La migración en América Latina y el Caribe es un fenómeno, impulsado principalmente por factores económicos, de inseguridad, crisis humanitarias y desastres naturales, con un aumento significativo de migrantes dentro de la misma región y una gran cantidad de personas que emigran a países como Estados Unidos, lo que genera tanto oportunidades como desafíos.
América Latina tradicionalmente región de emigración tanto para los Estados Unidos como para Europa, vive desde hace un tiempo una migración múltiple y circular, al mismo tiempo hay salida, acogida, tránsito y retorno y millones de personas se desplazan dentro de la región, no solo hacia el norte, lo que hace que la región sea un continente en movimiento.
Según datos aproximados de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 45 millones de latinoamericanos viven fuera de su país y cerca de 19 millones residen en otro país del propio continente, lo que indica que la migración latinoamericana es intrarregional e intrarregional, lo que por un lado presiona a los gobiernos, mientras que los migrantes enfrentan discriminación e incertidumbre.
Latinoamérica y el Caribe están experimentando cambios significativos en sus patrones migratorios, caracterizados por un aumento significativo de los flujos migratorios intrarregionales, con la migración venezolana como principal impulso, así como la salida a Estados Unidos principal destino fuera de la región, aumento de la migración irregular en la ruta del Darién y el crecimiento de la migración regular.
Todos estos movimientos migratorios están conduciendo a que las políticas públicas de migración en América Latina y el Caribe se estén transformando para abordar estos flujos crecientes, en el caso de la región las políticas son dispares, en general la región oscila entre una solidaridad histórica y la presión secretaria impuesta por el norte global.
La región ha venido tratando de diferentes maneras los grandes flujos migratorios, como es el caso de América del Sur que ha aplicado la solidaridad, lo que también ha reflejado su fragilidad institucional, en Centroamérica los deseos de brindar protección y asistencia humanitaria están estrechamente ligados a la exigencia de controlar los movimientos migratorios.
En el caribe los marcos legales de las políticas migratorias en algunos países son más antiguos que los de América Latina y por tanto requieren actualización para alinearse con las nuevas realidades migratorias de la región, de forma que se gestione la migración de forma integral, buscando acuerdos de movilidad, enfocándose en el manejo correcto de los desafíos de los flujos migratorios.
La región Latinoamericana en su conjunto presenta en los temas migratorios situaciones particulares que impactan la movilidad de los migrantes, lo que ha vuelto más compleja la situación de la migración y más insuficientes las respuestas frente a los desafíos de los flujos mixtos que generalmente incluyen niñas y niños migrantes no acompañados altamente vulnerables.
La CEPAL que ha sido pionera en el estudio y las propuestas de abordaje de la migración en políticas y acuerdos, ha señalado que,” el desarrollo y la igualdad solo puede basarse en la premisa de que la migración no es un problema ni conlleva amenazas, sino que se trata de un bien común que podría contribuir a la disminución de la desigualdad y a la reducción de las asimetrías en un mundo globalizado, la migración es una oportunidad para todos los países”.
Las nuevas realidades de la migración de los países de América latina y el Caribe, las barreras que hay que superar y las discriminaciones que sufren muchas de las personas migrantes y el sinfín de adversidades que enfrentan muchas de ellas en sus peligrosas travesías, ameritan la adopción de acuerdos, consensos y políticas migratorias que protejan a los migrantes
Diversas experiencias en la región muestran que la solidaridad es posible, incluso a pesar de las diferencias políticas e institucionales que caracterizan a América Latina y el Caribe, su capacidad institucional limitada, su falta de coordinación regional y su falta de recursos además de la xenofobia, la desigualdad y los discursos tóxicos contra los migrantes, son situaciones que abordar para construir un modelo distinto más humano que fortalezca la gobernanza migratoria regional.
Luis Fernández
Político, escritor y comunicador
Santo Domingo R.D.

 
			
 
					 
							 
							