La Policía de Brasil afirma que Bolsonaro “planificó” y tuvo control del plan de golpe contra Lula
Brasilia, 26 nov.- El expresidente brasileño Jair Bolsonaro “planificó”, tuvo control “de forma efectiva y directa” y tenía “pleno conocimiento” de planes para intentar impedir la investidura del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, según un informe de la Policía Federal desclasificado este martes.
“Los elementos de prueba obtenidos por la investigación demuestran de forma inequívoca” la actuación de Bolsonaro en esos planes, tejidos tras la victoria de Lula en las urnas en octubre de 2022, dice el informe, que este mismo martes fue remitido a la Fiscalía General, que decidirá si imputa formalmente al exmandatario y otros 36 implicados.
El resumen de la investigación, volcado en 884 páginas, hace un pormenorizado relato del turbulento proceso político desatado en Brasil tras esos comicios, en los que Lula se impuso a Bolsonaro, entonces en el poder, por un ajustado margen de menos de 2 puntos, en un resultado no reconocido por el líder de la ultraderecha.
Entre los 37 acusados, figuran junto con Bolsonaro algunos jefes militares activos y de la reserva, exministros, personas de su entorno cercano y hasta Valdemar Costa Neto, presidente del Partido Liberal (PL), que lidera el exgobernante.
El informe contiene cientos de mensajes intercambiados por los implicados a través de servicios de mensajería, así como audios e imágenes que, según la Policía, sustentan las acusaciones por los presuntos delitos de “abolición violenta del Estado Democrático”, “golpe de Estado” y “asociación ilícita”.
Esa trama, según la investigación, planteaba una intervención de la justicia electoral, la anulación de los comicios y la instalación de un “comité militar”, que mantendría a Bolsonaro en el poder.
El intento de asesinato a Lula
En los planes se incluye la preparación de un posible intento de asesinato de Lula, su compañero de fórmula, Geraldo Alckmin, y del magistrado Alexandre de Moraes, miembro del Supremo, en la época como presidente del Tribunal Electoral y ahora relator de esta causa.
Los planes de magnicidio, denominados por los propios golpistas como ‘Operación Puñal Verde Amarillo’, en alusión a los colores de la bandera brasileña, fueron impresos en la sede del palacio de la Presidencia, según dice haber constatado la Policía Federal.
Sobre ese plan específico, el informe dice que “el día 9 de noviembre de 2022, tras elaborar e imprimir el documento” en el Palacio presidencial, el general Mario Fernandes, uno de los implicados, se dirigió a la residencia oficial de la Presidencia, donde estaba Bolsonaro, aunque no precisa si el líder ultra lo recibió.
Además de Bolsonaro, entre los acusados figura Walter Braga Netto, general de la reserva y antiguo ministro de la Presidencia y de Defensa, que fue candidato a vicepresidente en 2022.
También están Almir Garnier Santos, excomandante de la Marina, y los generales retirados Augusto Heleno y Paulo Sérgio Nogueira, quienes formaron parte del gabinete de Bolsonaro, quien ha negado todas las acusaciones y se ha dicho víctima de una “persecución política”.
Bolsonaro tenía “pleno conocimiento”
El exmandatario brasileño Jair Bolsonaro tenía “pleno conocimiento” de un plan elaborado por militares golpistas para asesinar, por envenenamiento, al entonces presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, tras las elecciones de 2022.
Las autoridades brasileñas se basan en “los registros de entrada y salida de visitantes al Palacio de la Alvorada”, residencia oficial de la Presidencia, en “el contenido de diálogos entre interlocutores del núcleo próximo” del líder ultraderechista y en el “análisis de fechas y reuniones” celebradas durante esa época.
Por todo ello, sospechan que Bolsonaro era consciente del plan en curso supuestamente elaborado por el general de la reserva Mario Fernandes, que entonces ejercía como secretario ejecutivo de la Secretaría General de la Presidencia brasileña.
Diversos documentos obtenidos por la Policía describen “todos los datos necesarios para la ejecución” del magnicidio, que incluía el uso de integrantes de un grupo de élite del Ejército, conocidos como ‘kids pretos’, y armas de guerra contra vehículos blindados.
De acuerdo con el informe, los golpistas habían previsto la posibilidad de “diversas muertes” durante la acción y hasta de los “eventuales militares implicados”.
“Hay pruebas” que demuestran que, el 9 de noviembre de 2022, Fernandes imprimió en el Palacio presidencial de Planalto el documento con el paso a paso para cometer el triple homicidio y que, posteriormente, “se dirigió al Palacio de la Alvorada, donde se encontraba Bolsonaro”, apuntó la Policía.
Supremo envía a la Fiscalía el informe que acusa a Bolsonaro
La Corte Suprema de Brasil remitió este martes a la Fiscalía General el informe que acusa al expresidente Jair Bolsonaro de haber conspirado en 2022 con el fin de impedir la investidura del actual gobernante, Luiz Inácio Lula da Silva.
El documento resume la investigación que realizó la Policía Federal durante casi dos años y que examinará la Fiscalía, que decidirá si contiene indicios suficientes como para denunciar al líder de la ultraderecha y al resto de los implicados ante la propia Corte Suprema.
La Fiscalía tiene 15 días de plazo para formular una querella a partir del momento que reciba la denuncia, pero esos tiempos pueden alargarse si solicita más informaciones sobre el asunto.
El comienzo de la disputa política
El caso se origina en el turbulento proceso político desatado en Brasil tras las elecciones de octubre de 2022, en las que Lula se impuso a Bolsonaro, entonces en el poder, por un ajustado margen de menos de 2 puntos porcentuales.
Tras las elecciones hubo bloqueos de carreteras por parte de camioneros, campamentos de bolsonaristas frente a cuarteles pidiendo una “intervención militar” y graves disturbios en Brasilia, que incluyeron un intento de atentado con explosivos cerca del aeropuerto de la capital brasileña.
En ese período, también se sospecha que se tramó un plan para impedir la investidura de Lula, que finalmente ocurrió el 1 de enero de 2023, dos días después de que Bolsonaro, aún sin reconocer su derrota, viajó a Estados Unidos, donde permaneció tres meses.