La reforma fiscal: la madre de las reformas
Antonio Ciriaco Cruz
En el país se ha comenzado a discutir la pertinencia de realizar una reforma fiscal integral de largo alcance. Una reforma fiscal que dote al Estado Dominicano de los recursos suficientes para la consecución de servicios públicos de calidad, de un Estado más moderno, eficiente y transparente, de una sociedad más cohesionada y con mejor calidad de vida.
Debe ser prioridad la reforma fiscal si queremos avanzar en otras reformas no menos importantes. La reforma a la seguridad social es importantísima, tanto en su componente de salud como en el de pensiones, y está llamada a fortalecer la cohesión social.
Sin embargo, si queremos extender la “atención primaria” a todo el país, nos llevaría una inversión de alrededor de 20 mil millones de pesos.
Lograr que 2.3 millones de pobres puedan alcanzar la actual línea de pobreza se llevaría una inversión cercana a los 18 mil millones de pesos.
Son muchas las acciones de políticas públicas que requerirán de recursos para alcanzar las metas establecidas en la Estrategia Nacional de Desarrollo.
Por otra parte, también existe un margen importante para incrementar las recaudaciones: eficientizando el gasto público y mejorando su calidad.
Son muchas las oportunidades de mejoras que se pueden llevar a cabo y dar señales de cambios en la administración pública.
Hay que avanzar lo más que se pueda en este proceso, incluso habrá que introducir en las discusiones “problemas estructurales” que de una forma u otra tienen repercusiones en las finanzas públicas, y que si se corrigen tendría un efecto muy positivo en la reducción del déficit público.
Nos estamos refiriendo al “déficit cuasi fiscal” del Banco Central y el “subsidio al sector eléctrico”.
Estos dos problemas deben ser considerados en la discusión alrededor de la reforma fiscal.
El subsidio al sector eléctrico podría representar alrededor del 1.1 % del PIB en este año, y el déficit cuasi fiscal del Banco Central ya ronda alrededor de 1.1 billones de pesos. Sin la solución a estos dos grandes problemas no habrá recursos que alcancen.
El Día