Las ciudades santuario, entre Nueva York y Los Ángeles, en el centro del debate migratorio de Trump
Estados Unidos, 30 noviembre . – Donald Trump ha vuelto a colocar a las ciudades santuario en el centro de su agenda migratoria, describiéndolas como espacios caóticos, dominados por el crimen y fuera de control. Estas urbes incluyen algunas de las más importantes de Estados Unidos, como Nueva York, Los Ángeles, Seattle y Atlanta.
Aunque el término “ciudad santuario” carece de una definición legal precisa, se refiere a localidades que, mediante normativas locales o compromisos institucionales, se niegan a cooperar con las autoridades federales de inmigración. Esta postura incluye la negativa a compartir información sobre el estatus migratorio de los residentes, no ejecutar órdenes de detención migratoria y no participar en operativos de deportación. Según El País, estas políticas buscan generar confianza entre las comunidades inmigrantes y las autoridades locales.
Desde su campaña presidencial, Trump ha señalado a estas ciudades como obstáculos para sus planes de realizar “la mayor deportación de la historia”. Las tensiones se han intensificado con las amenazas cruzadas entre los líderes locales y Tom Homan, el denominado “zar de la frontera” de Trump, quien ha prometido medidas drásticas contra estas jurisdicciones. Según el diario español El País, aunque Trump ha reiterado su intención de acabar con las ciudades santuario, no está claro cómo logrará cumplir esa promesa.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha demostrado una de las estrategias más contundentes contra estas ciudades. En los últimos años, Abbott envió cientos de autobuses y aviones cargados de migrantes desde Texas a ciudades santuario como Washington, Nueva York y Chicago.
Esta medida generó crisis en los sistemas de acogida de dichas ciudades y alteró el tejido social local. Según El País, el mensaje de Abbott era claro: si estas urbes quieren proteger a los migrantes, deberían lidiar con ellos directamente. Aunque estas acciones aumentaron el sentimiento antiinmigrante en algunos sectores, los líderes locales se mantuvieron firmes en su compromiso con las políticas santuario.
La estrategia más realista de la administración Trump parece ser la restricción de fondos federales para presionar a las ciudades santuario. Durante su primer mandato, Trump intentó cortar recursos federales a estas localidades mediante subvenciones del Departamento de Justicia.
Sin embargo, estas acciones enfrentaron desafíos legales prolongados. De acuerdo al diario madrileño, el panorama actual, con un sistema judicial más afín al republicano, podría facilitar la implementación de medidas coercitivas como la retención de fondos de la Agencia de Manejo de Emergencias Federales (FEMA).
La Ley de No Rescate a las Ciudades Santuario, presentada en el Congreso en 2023, busca dar un marco legal claro para identificar a las jurisdicciones santuario y restringir el uso de fondos federales en beneficio de inmigrantes indocumentados. Según El País, esta legislación enfrenta desafíos constitucionales, ya que podría violar principios de federalismo y la Décima Enmienda, que limita la capacidad del gobierno central para imponer programas federales en gobiernos locales.
Además, el proyecto de ley podría encontrarse con restricciones legales sobre las condiciones coercitivas que el gobierno puede imponer en la financiación federal. Según El País, cualquier condición debe estar razonablemente relacionada con los fondos en cuestión, lo que podría complicar la inclusión de partidas no vinculadas a la inmigración.
La tensión entre las políticas migratorias de Trump y los principios de las ciudades santuario pone de manifiesto un conflicto más amplio sobre el poder federal y los derechos locales. El País, en una publicaci´pon que destaca en portada, destaca que aunque Trump busque obligar a estas jurisdicciones a alinearse con sus objetivos, las limitaciones legales y constitucionales podrían frenar sus planes, al menos temporalmente.
El enfrentamiento entre las ciudades santuario y la administración Trump no solo define un capítulo más en la polarización política de Estados Unidos, sino que también refleja los desafíos de gobernanza en un país donde la inmigración sigue siendo un tema central. El País señala que mientras los republicanos buscan ampliar su control legislativo y fortalecer su agenda migratoria, las ciudades santuario se presentan como un bastión de resistencia, en defensa de los derechos de sus comunidades inmigrantes.