Las elecciones en Cuba obtienen la menor participación de unas parlamentarias
La Habana, 27 mar (EFE).- Las elecciones de este domingo en Cuba registraron la menor participación de unas parlamentarias en Cuba desde 1959, informaron este lunes las autoridades del país, mientras sectores opositores apuntaban a irregularidades y arrojaban dudas sobre los resultados.
El Consejo Electoral Nacional (CEN) comunicó, con base en datos preliminares, que la participación ascendió al 75,92 % de los más de 8,1 millones de cubanos llamados a las urnas. Los votos nulos fueron el 3,50 % de los emitidos y las boletas en blanco supusieron el 6,22 %.
La presidenta del CEN, Alina Balseiro, indicó además en una conferencia de prensa que los 470 candidatos propuestos, por organizaciones en la órbita del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), para igual número de escaños, ocuparían sus puestos, al haber superado la barrera del 50 % de los votos emitidos válidos.
El presidente de Cuba y primer secretario del PCC, Miguel Díaz-Canel, calificó la participación como un «jonrón limpio» a pesar de «la feroz campaña y los llamados al abstencionismo» de sectores disidentes. «Este domingo fue un día de fiesta, de alegría, de confirmación, de convicciones», añadió.
Una abstención del 24,08 % es baja en comparación con otros países de América Latina y algunas democracias liberales. Es además menor al 26 y al 31 % registrado en el referendo del Código de las Familias (septiembre pasado) y las elecciones municipales (noviembre), respectivamente.
Sectores de la oposición, que hicieron campaña por la abstención, confiaban en que la participación fuese menor que en estas dos citas del año pasado.
Sin embargo, la abstención es la mayor registrada en unas parlamentarias en Cuba desde el triunfo de la revolución (1959). Entre 1976, fecha de las primeras generales en la etapa socialista, y 2013 se mantuvo por debajo del 10 % y solo en 2018 se elevó al 14 %.
A juicio del jurista y politólogo cubano Raudiel Peña, el aumento de la abstención «denota una falta de legitimidad y un deterioro de las capacidades de movilización de las autoridades», según indicó en declaraciones a EFE.
El experto cubano en Relaciones Internacionales Arturo López-Levy matizó, por su parte, el significado de ese aumento de la abstención en una entrevista con EFE por «la situación tan difícil que ha pasado este Gobierno» debido a la grave crisis económica que atraviesa el país.
DENUNCIA DE IRREGULARIDADES
Tres colectivos de observación electoral calificaron en un comunicado preliminar estas elecciones como «las más irregulares» de la historia reciente de Cuba, y denunciaron «anomalías», tácticas de «coacción» y acciones de «represión» contra activistas y sus voluntarios (no hubo misión de observación internacional).
Estos grupos, vinculados a la disidencia y que aseguraron contar con 75 observadores en 14 de las 15 provincias del país, tienen previsto difundir un informe en los próximos días.
«No hay manera de dar por válidos los resultados del Gobierno», aseguró a EFE el opositor Manuel Cuesta Morúa, una de las treinta personas que sufrieron «incidentes de represión» este domingo, según el registro de la ONG Cubalex (con sede en Miami, EE.UU.), al ser sitiado en su domicilio por la Seguridad del Estado.
En este sentido, Peña destacó dos acciones que califica «ilegales» y que consideró que lastran la «credibilidad» del proceso electoral.
Se trata del envío de boletas al domicilio de personas mayores que no lo habían solicitado y no estaban incapacitados para desplazarse (los dos requisitos legales para poder hacerlo), y de la prolongación del horario electoral, en su opinión, una hora en todo el país sin causas de fuerza mayor, como prescribe la ley.
López-Levy, que ejerció en el pasado como observador de la Organización de Estados Americanos (OEA), consideró que estos colectivos de observación tienen una «dudosa credibilidad» por su «doble condición» de «juez y parte», al pertenecer a la oposición.
No obstante, aseguró que el Gobierno cubano «debería plantearse si permite algún tipo de veeduría de organizaciones afines y con cierto prestigio» para disipar las dudas sobre sus procesos electorales. Cita como ejemplo al Centro Carter.
Peña y López-Levy afirmaron que sería positivo la difusión pública de los resultados electorales desglosados.
LOS «INCONFORMES»
López-Levy señaló que se puede considerar como una forma de rechazo al sistema tanto la abstención como el voto nulo y en blanco, algo que da la medida de un «descontento alto».
Sin embargo, fue más allá y abogó por analizar el comportamiento de quienes sí que votaron por los candidatos, al distinguir entre quienes respaldaron a todos los candidatos (siguiendo el llamado oficialista) y quienes solo apoyaron a alguno de ellos.
Según datos del CEN, del total de votos válidos emitidos, quitando abstención y las boletas en blanco o anuladas, el 72,10 % fue voto de unidad (a todos los candidatos) y el 27,90 % fueron voto selectivo o dividido.
A juicio de López-Levy, los primeros son votantes «incondicionales» y los segundos son electores «netamente inconformes», que respaldan el sistema socialista pero no automáticamente a todos los candidatos propuestos.
Peña clasificó a estos últimos como «votantes selectivos» y Cuesta Morúa los caracterizó de «electorado descontento» que «no se atreve todavía a transparentar su ruptura».
Juan Palop