¿Ley Mordaza?

Federico A. Jovine Rijo

Los recursos nemotécnicos son técnicas de vinculación que utiliza la memoria para establecer relaciones entre un significado más amplio y otro más pequeño, que funge como hipervínculo cognitivo para acceder al todo.

En política opera igual. Un apodo a un político puede decir más que su currículo; el nombre dado a una estructura o institución la resignifica (“El Huacal”, “botella”, etc.); de ahí que, el mayor éxito de un gobierno u oposición es lograr que la sociedad se apropie en automático de un recurso nemotécnico dirigido, porque ello supone el endoso del concepto subyacente y su validación.

El proyecto de “Ley Orgánica de Libertad de Expresión y Medios Audiovisuales”, depositado por el presidente en el Senado, el pasado viernes 02, es una prueba palpable de cómo se puede intentar llevar al terreno político un debate que debería darse en el plano jurídico; y de cómo se pretenden rechazar los mecanismos de cuestionamientos que el sistema brinda en ocasión del proceso creador de una ley (vistas públicas), para intentar resolverlo con el retiro puro y simple de la pieza, sin agotar discusiones previas, lo cual constituye una práctica mucho más totalitaria que las supuestas intenciones del proyecto en cuestión.

Las sociedades no son estancas, evolucionan. La realidad regulada por la ley 6132 de 1962 no se corresponde ni en tiempo, derecho, composición social o realidad tecnológica, a la República Dominicana de 2025. Sin embargo, pese a ser un proyecto profundamente consensuado con el gremio periodístico, la Sociedad Dominicana de Diarios, organizaciones de la sociedad civil vinculadas al área jurídica, así como con prestigiosos juristas especializados en la materia, cuestionar la pieza –in limine litis– resulta más fácil que sostener una discusión rigurosa, formal, escrita, justificada y académica, para la cual –de entrada– hay que leerse al memos 29 páginas.

Legítimos y necesarios si son los reclamos y cuestionamientos, porque negar ese derecho y evadirse al careo público sería antidemocrático, sólo que las vías para ejercerlo no son la descalificaron pura y simple desde el ámbito de las generalidades y abstracciones…

Separando paja del trigo y política de comunicación, son responsables y válidas las preocupaciones de muchos comunicadores que ven en ella una amenaza –y tienen que ser escuchadas–, mezcladas con opiniones de políticos cuyo fin último es politizar el debate (que también es válido en democracia), con las de aquellos para los cuales importan más los “likes” que la verdad.

Si la reforma fiscal, el tema ambiental o el migratorio no han prendido lo suficiente como para poner a andar otra “marcha verde” que ponga al gobierno contra las cuerdas, ahora le toca el turno al bate a la “ley mordaza” –como maliciosamente intentan llamarle–, para que el pueblo la asuma como causa.

El temor a perder la libertad de expresión es legítimo, pero negarse a discutir las ideas en democracia, atenta contra la democracia… y eso si que es una mordaza.

Listín Diario

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