Los avances de la sociedad humana todavía relegan la figura de la mujer
Altagracia Paulino
La lucha de las mujeres contra la desigualdad viene de muy lejos; en 1791 se produjo en Francia la declaración de derechos de la mujer; el 28 de septiembre del año 1893, en Nueva Zelanda, se proclamó el derecho al sufragio, fue el primer país donde las mujeres alcanzaron esta conquista, y en el que, en 1933, fue elegida la primera parlamentaria.
En 1848, nace el movimiento de las sufragistas. La lucha más encarnizada por lograr el derecho al voto la libraron las inglesas, quienes fueron torturadas, apresadas y muy oprimidas. Ellas reivindicaron: “liberar a la mitad de la raza humana y, a través de esa libertad, salvar al resto”.
Podemos decir que el siglo XX fue de las mujeres. Después de los logros en Nueva Zelanda, los países de Europa las siguieron, Noruega en el 1913, Dinamarca 1915, Unión Soviética 1917, Reino Unido 1918 y Estados Unidos 1920, pero en este país las mujeres negras no pudieron votar hasta 1967.
En el país, las mujeres ejercieron por primera vez el derecho al voto el 16 de mayo del año 1942, pero como señala el Manifiesto Feminista de las dominicanas, a propósito de la celebración del Día Internacional de la Mujer, este miércoles 8 de marzo, no tienen la libertad de poner en práctica sus plenos derechos ciudadanos,
El manifiesto expresa que las conquistas alcanzadas en el país van en retroceso, por los ataques que de manera sistemática a las mismas y las obstrucciones hacia nuevos logros en cuestiones de derechos fundamentales como son el de la salud, la educación y la paridad.
Expresan que los derechos políticos de las mujeres están amenazados por los tres partidos que controlan el Congreso y reivindican la igualdad de condiciones en la participación política.
Reclaman una Ley electoral que cumpla con la sentencia del Tribunal Constitucional 0104/20 que establece el techo de no más de 60?% y no menos de 40?% de candidaturas de hombres y mujeres por demarcación para avanzar hacia una democracia paritaria.
Exigen vivir en paz y seguridad, el derecho a la salud, a la dignidad, a la educación y a la igualdad para prevenir la violencia. Derechos laborales de las domésticas, de las mujeres del campo que son las principales guardianas de la naturaleza, productoras agrícolas y las que más sufren el abandono de los Gobiernos que se han turnado el control del poder político.
Precisan que las mujeres desempleadas duplican la tasa de desempleo de los hombres. En la participación en el mercado laboral ocupan los empleos de menor calidad, especialmente en el sector servicio, con salarios inferiores.
Según el informe de Desarrollo Humano del 2022, el ingreso promedio anual de las mujeres es de 13,600 dólares, mientras que el de los hombres fue de 22,000.
Para alcanzar la igualdad salarial, la mujer debe esforzarse hasta tres veces más que los hombres sin contar el lastre que implica administrar el hogar.
La desigualdad social constituye un gran peso que soportan de manera preponderante las mujeres, las que no son tomadas en cuenta en la toma de decisiones y para ocupar cargos importantes en la administración pública, pese a ser más del 50?% de la población votante.
Por desgracia las mujeres solo son tomadas en cuenta en los procesos electorales.