Los combustibles y el manual de Carreño
Uno de los grandes retos de la modernidad es el problema que genera a los políticos, las contradicciones que se dan en el tiempo entre lo que dicen en un momento y lo que dicen después, sobre todo cuando desempeñan funciones públicas.
Les pasa a todos, al expresidente Danilo Medina lo ponen de frente a unas declaraciones suyas sobre la reacción de la gente en los países nórdicos contra los políticos acusados de corrupción, ahora que varios de sus funcionarios están acusados de esos delitos.
Al presidente Abinader y al ministro Paliza lo ponen de frente a sus declaraciones sobre el tema de los combustibles y otros asuntos, retumba la expresión de José Ignacio cuando en el Senado decía “Cuanto Abuso”, refiriéndose al tema.
El ministro de Industria y Comercio, Víctor Bisonó, Ito, con su famosa formula para abaratar los combustibles y su rotunda expresión de que “eres dueño de la refinería y no lo sabes”, a nadie, como a él se aplica tanto la expresión de que “una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín”, que una cosa es desde la oposición y otra desde el gobierno.
El funcionario ha protagonizado una escena la semana pasada, que ha llamado la atención, el desplante ante los periodistas de varios medios, que trataban de obtener una reacción suya ante el hecho de que a pasar de la baja en los precios de los combustibles a nivel internacional esta no se refleja en los precios internos del país. La sorpresa fue mayor porque es una persona caracterizada por su buen trato con todos.
Los precios de los combustibles, en particular del petróleo, han experimentado un descenso de alrededor de un 25% en el último año, sin que se haya producido ninguna variación en el país.
El argumento básico del Gobierno es que durante meses ha tenido que dedicar grandes recursos para subsidiar los combustibles y mantener los precios internos. Lógico ¿verdad? Si, pero resulta que la gente quisiera saber a partir de qué punto habrá compensado la administración ese subsidio y entonces volverá a transferir a la población los precios a la baja.
Lo cierto es que la prensa en este caso estaba haciendo su trabajo, requerir información de un funcionario público sobre un tema de interés general y de actualidad.
Observando las imágenes del incidente recordé la referencia que se hacia en mis años de adolescencia a un libro que fue marco de referencia para la generaciones anteriores a la mía, Manual de Urbanidad y Buenas Maneras del venezolano Manuel Carreño, también conocido como, El Manual de Carreño, una guía para el comportamiento social, publicado a mediados del siglo XIX y que estuvo muy de moda durante la primera mitad del siglo veinte en el país y en la región.
Nadie está obligado a contestar las preguntas de los periodistas, es verdad. Pero también es cierto que conforme a esas viejas enseñanzas hubiera bastado con un simple: “En otro momento” o “Mas adelante nos referiremos al tema”, antes que ignorar por completo a la prensa.
Los funcionarios se deben a la población, la prensa cumple un rol de intermediación. Cada funcionario tiene asesores de comunicación, incluyendo al señor Bisonó, alguno podría recordarle el Manual de Carreño, al fin al cabo hay que cuidar las formas.
Los combustibles seguirán dando de qué hablar.
Fuente Listín Diario