Los Guandules: Vecindario bajo “toque de queda” tras enfrentamientos letales entre bandas
Santo Domingo, 10 enero – El sector de Los Guandules se encuentra inmerso en un estado de constante temor y recogimiento, adoptando un tipo de «toque de queda» no oficial debido a la ola de violencia que azota a la comunidad, dejando a los residentes en un ambiente de inseguridad y miedo.
Los testimonios de los habitantes de la calle La Esperanza, en Los Guandules, narran una realidad donde la vida cotidiana ha sido interrumpida por la violencia y el riesgo constante. Un vendedor de «chimi» relató que desde el primero de enero no ha logrado vender nada y que, a las 8:00 de la noche, la calle se queda desierta, con una presencia policial limitada, especialmente durante la noche.
Los motoristas del área se encuentran preocupados por la disminución de la actividad, ya que a las 7:00 de la noche prácticamente ya no hay tránsito en las calles, afectando su fuente principal de ingresos.
El clima de miedo y amenaza es palpable entre los vecinos, quienes se muestran reacios a hablar con los medios de comunicación por temor a represalias de las bandas delictivas. La precaución es tal que muchos prefieren no revelar su identidad por razones de seguridad.
Las señales de la violencia se manifiestan en la vida diaria del vecindario: viviendas cerradas, colmados y bancas con escasa actividad, y pocos negocios abiertos.
Un residente, bajo condición de anonimato, afirmó que en el barrio hay una situación preocupante donde los menores parecen tener acceso a armas, incluso más que las propias autoridades. Aseguró que el temor es generalizado y que la población se encuentra armada como medida de defensa.
El relato de los residentes indica que la espiral de violencia comenzó el 1 de enero, cuando un accidente provocó una reacción en cadena de eventos violentos entre dos grupos. La tía de uno de los jóvenes supuestamente involucrado en una de las bandas lamentó la situación y expresó preocupación por el bienestar mental de su hermana, madre del joven desaparecido desde el 2 de enero.
La escalada de violencia ha cobrado varias vidas en lo que va del año, según los testimonios de los vecinos. La percepción generalizada es que el barrio no ofrece oportunidades para los jóvenes, sumiéndolos en el ocio y la falta de perspectivas educativas o laborales, lo que contribuye al ambiente de deterioro social que se vive en la comunidad.