Los mandatos cínicos de nuestra cultura política
Pablo McKinney
Cuando la partera es mala, ya sabe el pueblo dominicano a quién se le echa la culpa. Tal que, una vez más y como casi siempre, por mandato cínico de nuestra cultura política a la Junta Central Electoral le está tirando a matar.
Esta vez ha tocado el turno a los dos PLD, como en el pasado -en el 2016 exactamente- fue cosa del entonces recién nacido PRM. Hagan memoria, que estamos en un país donde ni en Acroarte se aceptan los resultados de unas elecciones.
La unidad que en octubre de 2019 no fueron capaces de mantener los PLD para salvar el proyecto político de Juan Bosch, orondos la han alcanzado esta semana, con una proclama en la que amenazan con una crisis poselectoral que afectaría la estabilidad política, social y económica del país, sin haber realizado antes ningún sometimiento ante ningún tribunal, y a pesar de los informes de los observadores electorales locales e internacionales que, señalando irregularidades por mejorar, han respaldado los resultados.
Citando irregularidades que en su mayoría cometieron con más o menos recursos y disimulo los dos bloques en competencia –(los partidos de gobierno siempre son más arrogante en sus excesos, y los PLD saben de eso)- los señores emplazan a la JCE a destituir al encargado de la Policía Electoral y al supervisor de las Juntas Electorales.
El pliego de demandas de los PLD en el que citan irregularidades que aún persisten, pero que fueron desarrolladas o potencializadas con inusual éxito en sus gestiones de gobierno, representan el anticipo de una derrota que ya presagiaban todas las encuestas, incluidas las propias, y que luego de los resultados de las municipales se da como un hecho, salvo que de aquí al 19 de mayo entre el mar por Neiba o salga el sol por Haina. En política como en la vida, se paga muy caro el confundir nuestros deseos con la realidad. La enfermedad del autoengaño.
Listín Diario