‘Los médicos de Macondo’, una exploración a las entrañas literarias de García Márquez
Por Jaime Ortega Carrascal
Bogotá, 13 abril .- Una de las características del universo literario de Gabriel García Márquez es la manera magistral con la que narraba situaciones relacionadas con la salud o la muerte de sus personajes, un método revelado ahora en ‘Los médicos de Macondo’, libro que será publicado en julio próximo.
El autor es el médico español Juan Valentín Fernández de la Gala, quien dedicó siete años a investigar la relación de la obra de Gabo con la medicina -y sus fuentes de inspiración- para su tesis doctoral en Antropología forense, ahora convertida en un libro de 650 páginas que la Fundación Gabo publicará con el auspicio de las organizaciones médicas Coosalud y Fundación Coontigo.
“‘Los médicos de Macondo’ es un tratado increíble, es el producto de una investigación de muchos años, una investigación como la que hubiera podido hacer Melquíades con unos manuscritos”, dice a EFE el director general de la Fundación Gabo, Jaime Abello Banfi.
La obra, que aún está en imprenta, se presentará en Bogotá el 22 de abril como parte de la conmemoración del décimo aniversario de la muerte del nobel, ocurrida el 17 de abril de 2014, y su publicación se hará en el Festival Gabo, que se celebrará del 5 al 7 de julio en la capital colombiana.
Conexiones médicas
Abello explica que en su investigación, Fernández de la Gala se dedicó a “buscar todas las conexiones en la obra literaria de Gabriel García Márquez con temas médicos de todo tipo, personajes, remedios, etcétera”.
El resultado fue “una cantidad de hilos, una cantidad de pistas, y todo eso lo sometió a un análisis exhaustivo; es una intersección en la que están las técnicas periodísticas de Gabo, la existencia de una gran cantidad de fuentes especializadas médicas, por supuesto su creación literaria y, en general, darnos cuenta que el universo médico y biológico presente en la obra literaria de García Márquez es enorme y que lo hizo, lo abordó con un rigor y una exactitud que son impresionantes”, señala.
“Yo creo que es la demostración de que tal vez lo más importante del realismo mágico -porque la tendencia de la gente es a admirar lo mágico- debería ser el realismo, es decir, en qué se basa García Márquez para luego hacerle este tratamiento mágico que tiene que ver con muchas horas haciendo y rehaciendo manuscritos hasta encontrar el tono y el poder hipnótico de la narración”, agrega.
Abello indica que “todo eso está muy claramente expuesto en ‘Los médicos de Macondo’ que es un libro magníficamente bien escrito, muy bien investigado, editado con muchas ilustraciones, con un aparato enorme de glosarios, de listas de toda clase de referencias médicas y una bibliografía extensísima”.
Tres lecturas sobre la obra del nobel de García Márquez
El autor dijo por teléfono a EFE que “este trabajo nace sobre todo de tres lecturas” que son la “fascinación por la obra de García Márquez y por las biografías sobre él” y, como médico, “la mentalidad clínica intentando ver la imagen que Gabo tenía de los médicos y de la medicina detrás de su obra”.
“Hay muchos personajes protagónicos dentro de sus novelas y también escenas clínicas magníficamente reproducidas, magníficamente documentadas, detrás de las que, sospechaba yo, tenía que haber algún profesional de la medicina que le aconsejara en estos casos”, afirma Fernández de la Gala.
Con esa idea, el médico le preguntó a Gonzalo García Barcha, uno de los hijos de Gabo, cuál era el asesor médico que tenía su padre para escribir.
“Y él me dijo que su padre no tenía ningún asesor médico, que lo que tenía era todo un equipo de asesores médicos donde estaban representadas todas las especialidades: la psiquiatría, la ginecología, la medicina forense, en fin, todas las especialidades imaginables”, añade.
Lo que vino después fue pedirle una lista de esos colaboradores, a los que contactó y le contaron “incluso en qué momento concreto ayudaron a Gabo y en qué secuencia exacta”.
“Hay algunos testimonios que en ese sentido son impagables, pero casi prefiero reservarlos para que el lector los descubra en el libro”, concluye el médico y escritor.