Los musulmanes celebran el Eid al-Fitr en todo el mundo, pero la guerra de Gaza empaña los festejos
YAKARTA, Indonesia, 10 abril — Los musulmanes celebraban el miércoles el feriado del Eid al-Fitr que pone fin al mes sagrado islámico del Ramadán con reuniones familiares, ropa nueva y golosinas.
Pero las celebraciones se vieron empañadas por el deterioro de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza y las previsiones de Israel asaltara la ciudad de Rafah pese a los esfuerzos de sus aliados occidentales de detener los combates tras seis meses de guerra.
En Estambul, miles de fieles se congregaron en la mezquita de Aya Sofya para las oraciones matinales del Eid, algunos con banderas palestinas y coreando lemas en apoyo de la gente en Gaza.
Muchos colocaron sus alfombras de oración en la plaza ante la catedral bizantina, reconvertida en mezquita hace cuatro años, mientras el espacio interior se llenaba con rapidez.
En su mensaje por el feriado, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, transmitió su apoyo a Gaza, que describió como “una herida abierta en la conciencia de la humanidad”.
“Espero que el Eid lleve a la paz, la tranquilidad y el bienestar de nuestro país, nuestra nación, el mundo islámico y toda la humanidad”, añadió.
La guerra en Gaza también fue objeto de oraciones en la mezquita Rahma en la capital de Kenia, Nairobi.
“No debemos olvidar a nuestros hermanos y hermanas en Palestina”, dijo el imán Abdulrahman Musa. “Se han visto sujetos a una agresión injustificada y mucha violencia mientras el mundo observa en silencio”.
En Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, casi tres cuartas partes de la población viajaban para la fiesta anual en sus localidades de origen, conocida allí como “mudik”, y siempre esperada con emoción.
“Mudik no es sólo un ritual anual o una tradición para nosotros”, dijo el funcionario Ridho Alfian, que vive en la zona de Yakarta y viajaba a la provincia de Lampung en el extremo sur de la isla de Sumatra. “Este es el momento adecuado para reconectar, recargar la energía que se ha agotado durante casi un año lejos de casa”.
Antes del feriado del Eid al-Fitr, los mercados rebosaban de clientes que compraban ropa, zapatos, galletas y dulces. La gente salió de las grandes ciudades para regresar a los pueblos y celebrar la fecha con sus seres queridos. Los vuelos estaban completos y parientes nerviosos cargados con cajas de regalos hacían largas filas en estaciones de tren y autobús.
Para Arini Dewi, madre de dos hijos, Eid al-Fitr es un día de victoria sobre las dificultades económicas durante el Ramadán. “Al final estoy feliz de celebrar el Eid pese a la subida de precios”, dijo.
El exvicepresidente Jusuf Kalla estaba entre los residentes en Yakarta que oraban en el patio de la mezquita de Al Azhar. “Celebremos el Eid al-Fitr como un día de victoria sobre muchas dificultades (…) por supuesto que hay muchos problemas sociales durante el mes del ayuno del Ramadán, pero podemos superarlo con fe y devoción”, dijo Kalla.
La noche antes del feriado, llamada “takbiran”, los residentes en Yakarta celebraron la víspera del Eid al-Fitr con petardos en las calles casi vacías mientras muchos vecinos viajaban de vuelta a casa.
El miércoles por la mañana, los musulmanes participaron en plegarias comunales en las calles y en las mezquitas. La Gran Mezquita de Istiqlal de Yakarta, la más grande en el sureste de Asia, se llenó de devotos para las oraciones de la mañana.
Los predicadores pidieron en sus sermones que la gente orase por los musulmanes en Gaza.
“Es hora de que musulmanes y no musulmanes muestren solidaridad humanitaria, porque el conflicto en Gaza no es una guerra religiosa, sino un problema humanitario”, dijo Jimly Asshiddiqie, que preside la junta asesora del Consejo Indonesio de Mezquitas.
En Pakistán, las autoridades desplegaron más de 100.000 policías y paramilitares para mantener la seguridad en mezquitas y mercados. La gente compraba con normalidad el martes, y había mujeres adquiriendo adornos, joyas y ropas para ellas y para sus hijos.
En Malasia, musulmanes de etnia malaya participaron en las oraciones de la mañana en mezquitas de todo el país apenas unas semanas después de un escándalo en torno a unos calcetines con la palabra “Alá” que se vendían en un supermercado. Muchos consideraron ofensivo asociar la palabra con los pies o que se utilizara de forma inapropiada.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, pidió unidad y reconciliación en su mensaje en la víspera del Eid y dijo que ningún grupo debía ser discriminado por religión o por cualquier otro motivo.
“Debemos ser firmes, decididos y no flaquear en nuestro compromiso de fomentar valores y construir una nación digna”, dijo. “Sin embargo, no tomemos eso como una licencia u oportunidad para insultar, socavar o dañar las prácticas culturales y formas de vida de otros”.
Los propietarios de la cadena KK Mart y representantes de uno de sus proveedores fueron acusados de ofender los sentimientos religiosos de los musulmanes. El KK Mart Group dijo que su proveedor había enviado objetos que la compañía no había aceptado comercializar. El fundador de la empresa proveedora se disculpó por el descuido en la inspección de los productos importados.
AP