Los operativos nos han hecho olvidar los planes
Porque: “El sacrificio es una virtud que
vemos admirable…en los demás”
Es más fácil luchar por los
principios, que vivir de acuerdo
con ellos.
Alfred Adler. –
Meditar sobre los problemas que se nos presentan, tanto en la vida personal como en general, nos hace llegar a conclusiones que a muchos teóricos no les gusta, porque son simples, ya que simples son los problemas siempre y cuando así nos lo propongamos. Es de muchos conocidos, -aunque al parecer no tantos-, que cuando se habla de hacer un operativo, se está hablando de llevar a cabo una acción especifica y de poca duración, con el fin de obtener un objetivo por igual determinado. Pero, ha sido tanto la proliferación de esta palabra en acciones que se han llevado a cabo, que han acabado por confundirlo con un plan.
Escuché a unos de estos expertos, teorizar, sobre aquella famosa invasión de Irak a Kuwait y solo pena me produjo las absurdidades que expuso al no saber diferenciar lo que fue la operación Escudo del Desierto y la Tormenta del Desierto. Y ya que estamos tratando sobre absurdidades, voy a continuar por ese mismo camino, aunque necesitaría decenas de folios para más o menos se comprenda la absurdidad de estas. Esto no es asunto fácil, ya que los políticos de aquí, allá y acullá, todos exudan grisura por sus poros en cuanto ven o perciben algún atisbo por donde podrían penetrar al erario.
Me comporto, en ocasiones, como aquel que conoce el intríngulis de la Inteligencia, donde solo prima la regla de “la necesidad de conocer”, siendo cosas como la de hacer una nueva ley para “castigar” con penas y multas por tráfico de ilegales y como reacción natural en ellos, “los pobres padres de familia” se oponen, ya que no son “inspectores de migración” e inclusive, aducen que eso sería un atentado a la democracia, claro, que se refieren a su libertinaje que confunden con la democracia.
Lo que no dicen es que eso es Tráfico ilícito de migrantes y trata de personas, tipificado en la Ley 137-03, razón por la cual, no se necesitan más leyes para castigar este crimen y, por otra parte, tampoco se refieren estos pobres padres de familia, que el asunto no es tan inocente como pretenden presentarlo, ya que, el trayecto lo ejecutan bajando en determinados lugares a estos ilegales que entonces continúan por los montes hasta evadir los puestos de chequeos y ser recogidos de nuevo por el mismo transportista.
Este caso, es algo absurdo, pero, bien conocido por nuestros políticos, que conocen muy bien, que han existido épocas, donde hasta la elección de ellos mismos, el voto de los ilegales ha sido esencial a todo lo largo y ancho de la frontera. Y de los contrabandos ni hablar, del cómo, algunos “representantes honorables”, obligan a las autoridades militares y policiales, junto a gobernadores, a permitirle a los “pobres padres de familia del transporte” a que, en cada viaje, cada uno de ellos puede traer sacos de ajo o de cualquier producto de aquellos que afectan a la agricultura criolla.
Quizás una de las mayores absurdidades que en su momento utilizan los políticos, es aquella de disminuir las exigencias para poder ejercer la profesión dentro del Magisterio, algo difícil de digerir, aunque proviniendo de los políticos, nada absurdo nos es extraño. Una medida de puro populismo que les conviene doble vez; la primera, que se hacen los buenos, como defensores de esta pobre clase de profesionales y la segunda, que se benefician de la incultura que produce en el objetivo final, que son las grandes masas empobrecidas de los barrios, cuyo único tesoro, para los políticos, se llama; “Voto”.
Y ni hablar de la absurdidad, solo en busca de un falso protagonismo o absurda publicidad, la de ejecutar la Semana de la Seguridad Vial 2022, en vez de establecer las debidas coordinaciones para que, en vez de un operativo, esto mismo se convierta en una materia permanente en nuestras escuelas, con el fin de que, desde pequeños, vayan aprendiendo lo que deben y no deben hacer con relación al tránsito. Iluso yo. ¡Sí señor!