Los venezolanos eligen congresistas y gobernadores en medio del desánimo de opositores

CARACAS, 25 mayo— Con poca presencia de electores en los centros de votación, Venezuela celebraba el domingo los comicios legislativos y de gobernadores, con la experiencia fresca de la cuestionada reelección del presidente Nicolás Maduro y la desconfianza en la autoridad electoral, dos factores que refuerzan la posibilidad de que sea escasa la participación.

Un total de 21,4 millones de venezolanos están registrados para votar. Como se esperaba, muchos centros de votación lucían vacíos, según constató The Associated Press en recorridos por el centro y el este de Caracas, un marcado contraste con las elecciones presidenciales del 28 de julio.

“No voy a votar, no creo en el CNE (la autoridad electoral), no creo que vayan a respetar el voto; nadie olvida lo que pasó en las presidenciales. Es triste, pero es así”, dijo Carlos León, un chofer de camión de 41 años, quien tomaba un café a pocos metros de un desolado centro de votación habilitado en una escuela del centro de Caracas.

Una encuesta nacional realizada entre el 29 de abril y el 4 de mayo por la firma de investigación venezolana Delphos mostró que solo el 15,9% de los votantes expresó una alta probabilidad de votar el domingo. De ellos, el 74,2% afirmó que votaría por los candidatos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados, mientras que el 13,8% afirmó que votaría por contendientes asociados con dos líderes de la oposición que no boicotean las elecciones.

Otros electores, en contraste, dan su voto de confianza al gobierno.

“Vine tempranito a votar como siempre lo he hecho. Sé que el país está mal, pero tengo confianza que el gobierno puede hacerlo mejor. Voto por la paz en Venezuela”, dijo Andrea Martínez, una ama de casa de 34 años, quien se encontraba entre un puñado de personas que buscaba en una lista el número de la mesa donde le correspondía votar.

Los venezolanos acuden a las urnas para elegir 285 diputados de la Asamblea Nacional unicameral y 24 gobernadores, incluida la recién creada gobernación que supuestamente administrará una región en disputa con la vecina Guyana conocida como El Esequibo. Venezuela sostiene que fue víctima de una conspiración de robo de tierras en 1899, cuando Guyana era una colonia británica y árbitros de Reino Unido, Rusia y Estados Unidos decidieron la frontera.

La líder opositora Maria Corina Machado — que reclama el triunfo en la pasada elección presidencial en julio del exdiplomático Edmundo González— llamó a boicotear los comicios argumentando que “no procede participar en elecciones de ningún tipo” hasta que se reconozca el resultado del 28 de julio.

Esa postura avalada por numerosos dirigentes opositores concede una amplia ventaja a los candidatos de la coalición oficialista para hacerse de los cargos a elegir sin mayores dificultades.

No queda claro cuántos venezolanos inscritos en el padrón electoral efectivamente están en el país. La crisis social y económica — caracterizada por pobreza, alta inflación y salarios bajos— en la última década empujó a millones de personas a migrar en busca de mejores condiciones de vida.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 7,7 millones de venezolanos se han ido desde 2014, el mayor éxodo en la historia reciente de Latinoamérica.

Pequeños grupos de seguidores del gobierno se empezaron a concentrar en horas de la madrugada a las puertas de los centros de votación de la capital venezolana y otras ciudades. El proceso de votación arrancaba a las 6 de la mañana con la apertura de 27.713 mesas de votación, distribuidas en 15.739 centros electorales, que funcionarían por 12 horas. La votación se puede extender más allá de ese horario en las mesas en las que existan electores por sufragar.

El primer boletín de resultados se espera tarde en la noche.

Los comicios fueron convocados en enero luego de la controvertida elección presidencial de julio de 2024 de la que el organismo electoral proclamó ganador a Maduro, un resultado desconocido por la oposición y cuestionado por varios gobiernos de la región, Estados Unidos y Europa.

La elección se realizará casi 10 meses después de la presidencial de la que el Consejo Nacional Electoral (CNE) —un organismo colegiado de mayoría oficialista— declaró ganador a Maduro horas después de que cerraran las urnas sin ofrecer un conteo detallado de los votos.

Según el CNE, Maduro obtuvo 6,4 millones de sufragios frente a 5,3 millones que recibió el opositor González.

González, de 75 años y ahora exiliado en España, es reconocido por algunos países como legítimo presidente electo de Venezuela, así como por organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos, tras presentar pruebas creíbles de su victoria ante Maduro.

En los comicios por la oposición participan fundamentalmente un grupo de organizaciones opositoras vistas como cercanas al oficialismo y políticos disidentes a quienes el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el gobierno, les entregó en el pasado lustro la dirección, símbolos, colores y tarjetas de los tres principales partidos de oposición. Sus actuales directivos rompieron vínculos con sus antiguos líderes. Otras pequeñas organizaciones además se dividieron luego de que algunas facciones terminaron aliadas al gobierno.

La Plataforma Unitaria Democrática, un bloque opositor que agrupa a los principales dirigentes de oposición, también rechazó a la convocatoria electoral, catalogándola de “precipitada, injusta y viciada. El bloque opositor acusa al CNE de no ofrecer garantías mínimas de imparcialidad.

Los candidatos asociados a Manuel Rosales, un dirigente opositor que de cara a estos comicios ignoró el llamado de Machado y se postuló, se cuentan entre los opositores con más posibilidades de ser electos.

Rosales busca la reelección como gobernador del estado petrolero de Zulia, un histórico bastión de la oposición en los últimos 25 años de gobiernos del ahora fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), y de su sucesor y heredero político, Maduro.

Los gobernadores de los estados Barinas (Sergio Garrido), Cojedes, (Alberto Galíndez) y Nueva Esparta (Morel Rodríguez), que a semejanza de Rosales fueron los únicos opositores elegidos en los pasados comicios, también buscan la reelección.

Además de 19 gobernaciones de 23, el oficialismo controla más de 90% de los escaños de la actual Asamblea Nacional. AP

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