Luis Abinader en la mitad del período
Ramón Núñez Ramírez
Ya se cumplió la primera mitad del presente período Constitucional del Presidente Luis Abinader y resulta un ejercicio complicado la evaluación de la gestión, partiendo de que esta administración heredó una situación grave con la pandemia y una economía en recesión, sin embargo de forma breve es posible destacar logros, luces, y sombras o más bien perdidas de oportunidades.
Nadie discute el exitoso manejo de la pandemia, con la adquisición a tiempo de vacunas, y aunque se han presentado varias olas de contagios, las autoridades sanitaria han logrado sortearlas y la inmunidad de rebaño ha permitido que los casos presentes tengan prácticamente una letalidad cero, bajas hospitalizaciones y síntomas similares a una gripe común. También vale recordar los logros en SENASA.
También se puede elogiar el manejo macroeconómico con un crecimiento de 5.6% al mes de junio, pero un crecimiento muy dependiente del sector externo (turismo y ZF), mientras el agro apenas creció 2.4% y la construcción 2%. Es positiva la apreciaciación del peso; pero no le compro al Presidente la versión de que se ha hecho de todo manteniendo la relación Deuda/PIB menor que en agosto 2020, cuando la deuda del SPNF ha crecido US$12,603 millones (32%).
La ejecución presupuestaria revela puntos interesantes con un resultado financiero al 8 de agosto de RD$28,428.4 millones cuando la meta del déficit es RD$174,794-8 millones (3% del PIB) y en este año se mantiene la sub-ejecución de los gastos de capital, que apenas representan el 14% de los gastos totales, y al 5 de agosto apenas se ha ejecutado el 40% y en construcciones también 40%, sin embargo el Director de Presupuesto ha pronosticado un aumento de 50MM en el déficit por los subsidios.
El mayor enemigo de este gobierno ha sido la inflación que alcanzó 9.43% al mes de julio y si bien una parte importante está relacionada con el choque de oferta originado en el exterior, hay un componente monetario, el exceso de liquidez, que debería aligerarse en la medida que la Tasa de Política Monetaria ha sido aumentada de 3% a 7.75%.
Gracias a los subsidios la inflación no ha superado los dos dígitos y ha limitado al Presidente en su plan de obras y lo está colocando en un déficit de credibilidad en la medida del cumulo de promesas que no se han materializado.
Uno de los mayores éxitos de esta gestión es la actuación independiente de la Procuradora General, Mirian German y sus dos principales Procuradores Adjuntos, quienes han sometido tres casos del pasado gobierno, trabajan en varios casos presentes y han hecho saltar funcionarios, entre ellos al Exministro de la Presidencia.
En materia de educación los logros son mínimos si nos atenemos a la destitución de Roberto Fulcar, figura política de primera línea dirigiendo las campañas presidenciales de 2016 y 2020.
Tampoco el sector eléctrico pasó el examen, pues el aumento de las pérdidas de 28% promedio en las tres EDES a 42% es un reflejo de ineficiencia para solo citar un ítem. No cabe dudas que la popularidad del gobierno, por la inflación y otros factores, se ha erosionado; podría ser revertido en la segunda mitad, pero se va en una especie de cuesta arriba, salvo que las circunstancias externas cambien favorablemente en los próximos meses.